Víctor Manuel Aispuro, director de la Escuela Primaria 'Sócrates' en Culiacán, se ha convertido, sin proponérselo, en el estandarte de la lucha ciudadana por la paz en Sinaloa.
El jueves, Aispuro organizó una marcha que culminó en una revuelta en el Palacio de Gobierno, luego de que el gobernador Rubén Rocha Moya se negara a recibir a la madre de las víctimas.
Ya con la mente más tranquila tras los acontecimientos, el director lamentó los hechos de violencia en entrevista con MILENIO. Aclaró que la marcha no tenía como propósito provocar destrozos.
“Se desbordaron los ánimos al final. La indiferencia, al decir que sí nos atendían y luego cerrarnos la puerta, genera un sentimiento de frustración. Verlo [al gobernador] arriba, decidiendo no salir, da impotencia. Al final, qué bueno que no salió, porque el sentimiento, la angustia y el temor eran tan grandes que no solo explotó la gente de la escuela, explotó todo Culiacán”, expresó Aispuro.
El director jamás imaginó que su llamado a manifestarse en busca de justicia por las tres víctimas tendría tal impacto en los habitantes de Culiacán, quienes llevan más de 100 días sufriendo las consecuencias de la guerra entre las facciones del Cártel de Sinaloa: Los Chapitos y Los Mayitos.
“Había miles de personas compartiendo este dolor: la familia, la comunidad educativa. Todos gritando al unísono ‘Con los niños no, a los niños no’. Queríamos que esto no vuelva a suceder, que no haya más luto en las escuelas ni en los hogares, y que podamos salir a la calle en paz, sin miedo”, agregó el docente.
En el aula de Alexander, un estudiante de cuarto grado, sus compañeros aún no asimilan lo sucedido. Su mesabanco permanece vacío, y su ausencia pesa en el ambiente.
Alexander era un niño cariñoso, algo tímido, que rara vez faltaba a clases porque disfrutaba estudiar.
Tenía sueños y metas, como cualquier otro niño, pero las balas de los sicarios truncaron su vida y sus proyectos.
“Pedimos a los padres de familia y a los alumnos solidaridad. Muchos compañeros de escuelas vecinas, de Carbonera, de Mocorito, sintieron el dolor como propio y se unieron. Vinieron médicos, enfermeras, y sí, hasta políticos, pero esto no tenía color”, enfatizó Víctor Manuel.
Mientras tanto, este viernes, los estudiantes colocaron un moño negro en la puerta principal de la escuela y una lona que dice textualmente: “De luto por nuestros niños”.