Noticias de Yucatán
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José Santiago Healy (*)
Actitudes
Una vez instalada la nueva Cámara de Diputados el próximo 1 de septiembre, sus miembros y bancadas tendrán que iniciar los trabajos de planeación para una nueva reforma política y electoral.
Será la enésima de los tiempos modernos, pero desgraciadamente y a decir de los recientes comicios, el desarrollo y operación del sistema político-electoral mexicano no termina de aterrizar ni de satisfacer con plenitud a buena parte de los mexicanos.
Son varios los rubros que los diputados y senadores deberán de analizar para conseguir nuevos avances en la organización electoral.
En la reforma de 2014 se lograron importantes acuerdos como la reelección de diputados y senadores que serán elegidos a partir de 2018, se introdujo además la figura del candidato independiente y se creó el controvertido Instituto Nacional Electoral (INE).
El rubro que levanta mayor escozor es sin duda el financiero, tema que requerirá de una cirugía mayor en todos los sentidos.
Este año el subsidio federal para los diez partidos que contendieron en las elecciones fue de 5,356 millones de pesos, algo así como 350 millones de dólares.
Si a ello sumamos los subsidios estatales y luego los gastos de las campañas políticas, llegaremos a sumas escalofriantes que no se justifican en un país con tanta miseria y necesidades básicas como México.
Tampoco se justifica que los mexicanos mantengamos la operación de los partidos políticos cuando se trata de asociaciones que deben ser autónomas y autosuficientes.
El segundo punto a discutir –urgente, por cierto—es la reducción del número de diputados y senadores en México. Los legisladores plurinominales se necesitaban cuando no había respeto al voto y cuando el PRI tenía una preponderancia exagerada.
Si se concluye que no son suficientes 300 diputados de elección directa para todo el país, pues entonces que se incremente el número de distritos electorales a 360 ó 400, pero se elimine a los plurinominales que no representan a los ciudadanos sino a las cúpulas partidistas.
Los gastos y subsidios en la publicidad y promoción partidista es sin duda otro asunto a discutir.
En este año electoral las autoridades acordaron la transmisión gratuita de 39 millones de spots publicitarios de partidos y de las autoridades electorales a través de la radio y la televisión.
Sólo durante las campañas se debieron haber transmitido la friolera de 16 millones de spots lo que significa algo así como 265 mil spots diarios a lo largo y ancho de la República. ¿Merecen los mexicanos tan inmisericorde bombardeo de mensajes políticos cuando lo que urge es difundir educación y cultura?
Los topes en los gastos de las campañas es otro de los temas álgidos. En este 2015 quedaron en evidencia las tácticas que utilizan los partidos para evadir la fiscalización del gasto de campaña, entre ellas la triangulación de pagos y el manejo abundante de efectivo.
Francamente sería mejor no poner topes a las campañas siempre y cuando los gastos sean debidamente documentados, así se evitaría el lavado de dinero que ya hemos visto prolifera en los tiempos electorales. Además queda claro —con el triunfo de Jaime “El Bronco” Rodríguez, de Nuevo León— que el gasto excesivo electoral no asegura la victoria en las urnas.
Afinar el esquema de las candidaturas independientes será otra tarea importante de los legisladores. Hay que facilitar esta posibilidad a los ciudadanos, pero evitar que este modelo se convierta en basurero de políticos en desgracia.
Quedan al final dos asuntos trascendentales: instaurar la revocación de mandato para aquellos gobernantes que no tienen idea de su trabajo y regresar a la ciudadanización del sistema electoral, como se estableció en la reforma electoral de 1997.
Hoy día son los partidos políticos quienes controlan las elecciones y no los ciudadanos, como se acostumbra en una democracia abierta y participativa.
Pronto veremos si la nueva legislatura federal le entra a este paquete con visión y efectividad.
Apunte final
Pérdidas diarias de por lo menos un millón de dólares ha causado a los agricultores del suroeste de la Unión Americana el desperfecto en el sistema de visas del gobierno norteamericano. Según The Wall Street Journal, miles de jornaleros no han podido cruzar de México a los campos de California, Arizona, Texas, entre otras entidades. Por lo visto al bocón de Donald Trump le pasó de largo la nota del rotativo neoyorquino.— México, Distrito Federal
jhea ly1957@gmail.com
Periodista
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