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Sin que la inmensa mayoría de los asistentes lo supiera, el alboroto de anteayer en el parque de béisbol Kukulcán Álamo tuvo como testigos a varios políticos locales, entre ellos el gobernador Rolando Zapata Bello, quien mantuvo discreta presencia acompañado de su familia.
El altercado surgió durante el segundo encuentro de la serie final por el campeonato de la zona sur de la Liga Mexicana de Béisbol entre Leones de Yucatán y Tigres de Quintana Roo y se derivó de una decisión polémica de los ompáyers.
Cuando los gritos de los aficionados se intensificaron y comenzaron a volar los proyectiles al terreno de juego, como manifestación de descontento por la decisión de los hombres de azul, el jefe del Ejecutivo se mantuvo de pie, pendiente de los acontecimientos a distancia.
Según se constató, fue tan discreta la presencia del mandatario y su familia que sólo los aficionados que fueron sus vecinos de butaca y algunos más lo reconocieron. Igual de discreto fue el equipo de seguridad a su alrededor, muy reducido; más bien estuvo orientado a su familia, que arribó al estadio mucho antes que él.
Su llegada casi silenciosa contrastó con la aparición de otros priistas con altos cargos, como el diputado federal Jorge Carlos Ramírez Marín, quien saludó a muchas personas en su recorrido hacia su butaca acompañado de Luis Borjas Romero, Wílberth Novelo Ceballos y Carlos Salomón Barbosa, delegados de las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y del Instituto Nacional de la Economía Social (Inaes).
El gobernador entró al recinto deportivo en la cuarta entrada del juego, acompañado del director del Instituto del Deporte del Estado, Juan Sosa Puerto, sin guardias visibles. Desde el principio del juego estaban su esposa, Sarita Blancarte Canto, y sus hijos.
Contra lo que pudiera pensarse, la familia no ocupó un palco. Estuvo en la sección nueve de butacas y en las últimas filas.
Quienes sí ocuparon espacios en las primeras filas de butacas, en sitios diferentes, estuvieron Ramírez Marín y sus acompañantes, la senadora Angélica Araujo Lara y el ex candidato a la alcaldía Nerio Torres Arcila, quien llegó con sus padres, Nerio Torres Ortiz y Emma Arcila Arce. En otro sector estuvo Marcos Celis Quintal, presidente del Tribunal Superior de Justicia.
Junto a Zapata Bello se sentó Puerto Sosa, quien sólo cedió su lugar en dos momentos: cuando se acercaron a saludar y platicar con el gobernador el presidente ejecutivo del club Leones de Yucatán, Erick Arellano Hernández, y Torres Arcila. Megamedia.