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Sin incidentes mayores entran a clases casi 500,000 alumnos en todo el Estado
El niño David Mezeta experimentó ayer un cambio de disciplina en el inicio de su formación educativa y la transición de la guardería al kínder “Fernando Barbachano Peón”, de la colonia Canto, no fue de su agrado porque desde que salió de su hogar hasta que llegó a su nueva escuela no cesó de llorar.
Su madre, con embarazo avanzado, no buscaba la forma de contener el llanto inconsolable de su hijo.
“¿Quieres un yogur, un juguito, un cereal con leche?”, preguntó la angustiada madre al bebé-alumno, que no dejó de llorar ni dentro de la escuela. “No quiere entrar al kínder. Es la primera vez que viene a una escuela, es diferente a la guardería”, señaló la mujer al reportero.
La profesora y directora del jardín de niños “Luz Oliveros Sarmina”, del fraccionamiento San Ramón, cercano al Club Campestre, Gilda Argáez Quijano, también sobrellevó un drama que hicieron dos niños nuevos de su escuela, pero por su experiencia de 12 años en el manejo de alumnos, recomendó a las madres de familia que los dejaran y se retiraran.
“Los abracé, les dije que ahora regresaban sus mamás y los metí a la rutina de sociabilización”, comentó.
Estas escenas se repitieron en muchas escuelas de Yucatán donde por primera vez llegaron nuevos alumnos, pero la inmensa mayoría de los casi 500,000 estudiantes que iniciaron ayer el curso escolar 2015-2016 regresaron a las aulas contentos, con uniformes y mochilas nuevos.
Más de 3,000 escuelas de educación básica abrieron en el horario establecido y el gobierno del Estado inició la repartición de 224,00 paquetes escolares en el nivel de primaria.
