Hee era la hija de un soldado de alto rango del Partido de los Trabajadores y miembro del círculo íntimo del dictador de Corea del Norte, por lo cual tenían el particular privilegio de vivir junto a aproximadamente 2 mil otras familias en Pyongyang, la capital del país.
Pero cuando su padre, el coronel Wui Yeon-lim, un gran bebedor de 51 años, falleció, ella y su familia decidieron huir del país en 2015.
En una entrevista en un lugar secreto de Seúl, la capital de Corea del Sur, con el periódico The Mirror pocos días después de que el Corea del Norte detonara un artefacto nuclear diez veces más grande que la bomba de Hiroshima, Hee reveló increíbles detalles de la vida de placer de Kim Jong-un.
Aún perteneciendo a la clase alta de la sociedad, contó que su familia vivía en una casa estatal en una zona aislada de la ciudad, mientras que una de las decenas de mansiones de Kim parece un “pequeño palacio” con piscinas de natación, majestuosos jardines y grandes fuentes.
Yeon-lim, que murió hace cinco años, tenía como coronel del ejército derecho a una residencia con tres dormitorios, a un vehículo personal y a un conductor permanentemente en guardia. Sin embargo, tambieén estaba sujeto a varias reglas que debía obedecer.
“En tiempos de alta tensión, cuando se dispara un misil o se realiza una prueba, todo adulto tiene que dormir con uniforme militar en caso de una gran batalla”, explicó la hija del militar.
“Mi padre dormía con su uniforme todas las noches, como exige la ley. No ganaba casi nada, pero recibía sobornos todo el tiempo debido a su posición. Nunca hablaba de asuntos militares. Sólo una palabra equivocada, incluso a un miembro de su familia, y podía terminar muerto. El ejército es todo allí”, añadió.
Debido al rango superior de su padre dentro del Partido de los Trabajadores, Hee tenía acceso a bienes de lujo que no podían adquirir otros niños en su escuela. “Comíamos comida al estilo japonés en casa, comprada con sobornos que recibía mi padre. Era japonés porque mi familia es originalmente coreana-japonés”, admitió.
No obstante, lo que su familia podía llegar a comprar en el mercado negro con aquel dinero no se comparaba con la riqueza de la dinastía Kim. Según Hee, uno de los platos favoritos de Kim es la sopa de nido de golondrina, una exquisitez de la comida china que puede costar más de 2 mil 500 dólares por kilo.
“Una de mis amigas fue a trabajar a una de sus casas en Pyongyang y me dijo que esto era lo que le gustaba”, dijo Hee. “Escuché que también gozaba del caviar y otras delicias, todas aparentemente importadas”.
Consultada sobre la relación entre su amiga y el régimen, respondió que había sido escogida por agentes norcoreanos para trabajar en una de las residencias privadas del Líder Supremo. Como estudiante escolar, Hee fue testigo de como los agentes visitaban los colegios y elegían a dedo las futuras esclavas sexuales del dictador, que está casado con la cantante y madre de sus tres hijos, Ri Sol-ju.
“Sus funcionarios venían a nuestras escuelas y elegían a niñas adolescentes para trabajar en uno de sus ‘cientos’ de hogares alrededor de Pyongyang. Toman las más bonitas y se aseguran de que tengan piernas rectas y bellas”, señaló Hee.
“Ellas aprenden a servirle manjares extremadamente raros, como caviar. También se les enseña cómo hacerle masajes y se convierten en esclavas sexuales. Sí, tienen que acostarse con él y no pueden cometer un error u objetar porque podrían fácil y simplemente desaparecer”, enfatizó.
Si las chicas quedan embarazadas, contesta Hee: “quizá [pasaría] lo mismo”. Según ella, las chicas son descartadas cuando Kim termina de usarlas y se convierten en presa para los oficiales inferiores del Partido de los Trabajadores, con quiénes a menudo terminan contrayendo matrimonio.
La entrevistada tuvo la suerte de no ser escogida aquel día. Aunque no se promueven las relaciones amorosas en Corea del Norte, en especial durante la juventud, confesó que tenía un novio de quien no se pudo despedir antes de fugarse.
“Para ser honesta, incluso tuve un novio, una relación antes de huir. Era posible, por supuesto, pero nunca pude compartir con él mis planes de escapar. No puedo entrar en detalles ya que no sería correcto. En mi mente, yo solo pensaba: ‘Adiós, adiós. Tenía que hacerlo'”, recordó Hee.
Con respecto a las recientes amenazas del dictador norcoreano a Estados Unidos y sus aliados, la desertora opinó que Kim “amenaza con guerra porque se siente acorralado y no tiene escapatoria. Tiene miedo que su régimen termine y no tenga adónde ir. Yo tuve que escapar, pero él sabe que no puede hacer eso, así que siente que tiene que parecer fuerte”.
“Todos en Pyongyang apoyan públicamente a Kim Jong-un porque los matarían si no lo hicieran. Incluso a su circulo íntimo”, advirtió.
Con Información de Infobae