Noticias de Yucatán.
Alrededor de las 13:00 horas de este viernes, rocas se desprendieron del cerro del Chiquihuite y, por su tamaño, sepultaron al menos cuatro viviendas en la colonia Lázaro Cárdenas, en Tlalnepantla.
Dejó como saldo una mujer fallecida y los cuerpos de emergencia buscan a otras 10 personas, seis adultos y cuatro niños, entre los escombros.
Al lugar acudieron equipos de Protección Civil y rescatistas de los gobiernos local, estatal, federal y de la Ciudad de México, para buscar debajo de las enormes piedras a las víctimas.
El panorama parece desalentador, señalaron vecinos, pues donde antes había viviendas de hasta tres pisos, ahora sólo hay escombros, “como si la tierra hubiera recuperado su territorio”.
A las 16:00 horas fue rescatada una persona con lesiones y el cuerpo sin vida de María Rodríguez Martínez, de 21 años.
Las labores están a cargo de las coordinaciones de Protección Civil nacional y mexiquense, con el apoyo de elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El equipo que llegó son dos retroexcavadoras, una de ellas con un minicargador, siete camiones de volteo, también binomios de la unidad canina de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capitalina, especializados en buscar a personas entre escombros.
El gobernador del Estado de México expuso que el derrumbe se pudo haber generado por las intensas lluvias de estas semanas, más el sismo del martes. Los habitantes de la colonia Lázaro Cárdenas aseguran que caía agua como cascadas y las autoridades nada más iban a ver y se retiraban. Foto: Armando Martínez.
El presidente municipal Raciel Pérez Cruz pidió calma a los residentes y que se mantuvieran en sus casas para permitir el trabajo de los cuerpos de emergencia. Vecinos se acercaron a ayudar ante el deslave.
Por la tarde acudió el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, y dijo que aún era “temprano” para señalar las razones del deslave, pero, esbozó, pudo ser provocado por las intensas lluvias registradas a lo largo de varias semanas y el sismo de 7.1 grados del 7 de septiembre.
Por precaución, Protección Civil desalojó a las familias de 80 viviendas de la zona. De acuerdo con testigos, el suelo se cimbra y se escucha el crujir de las rocas.
Las autoridades establecieron dos albergues para quienes requieran resguardo ubicados en el Comedor Comunitario El Puerto, en avenida del Puerto, en la colonia El Puerto, y en el Deportivo Caracoles, en la colonia Constitución de 1917.
“Todo retumbó”
Cerca de las 13:00 horas el estruendo sorprendió a los vecinos, que si bien habían reportado al ayuntamiento sobre las grietas y el riesgo de deslave; hasta ayer por la tarde conocieron la fuerza de la tierra.
De acuerdo con testimonios, las enormes rocas del cerro del Chiquihuite se resquebrajaron en un talud que sepultó todo a su paso. El polvo cubrió la calle Alacrán, hombres y mujeres salieron corriendo para resguardarse. Las piedras devoraron viviendas.
María, una de las vecinas, narró a EL UNIVERSAL que escuchó que “retumbó” todo cuando se iba saliendo de bañar.
“Iba a agarrar a mi hijo, cuando retumbaron hasta las ventanas, se escuchó cómo rodaban las piedras, entonces se hizo una polvareda fea, no se podía pasar, no veíamos nada”.
Comentó que los vecinos habían denunciado al municipio sobre las fallas de la zona y que caía agua como cascadas, pero “sólo venían a ver y se iban”.
Cecilia Andrade tiene 50 años viviendo en esa colonia, y nunca había pasado algo así.
Las autoridades habilitaron dos albergues para las personas que fueron desalojadas. Mientras tanto, los vecinos se sumaron a la búsqueda de conocidos y amigos que quedaron debajo de las rocas. Foto: Armando Martínez.
Narró que en una de las casas sepultadas viven unos amigos suyos, de los que no sabe nada. “Nadie nos ha informado, sólo lo que vemos en las noticias y me voy a tener que ir con unos familiares que viven en San Juanico mientras pasa todo”.
Juan Manuel, otro vecino, platicó que después del estruendo corrieron a ayudar. Dijo que no conocía a los afectados e intentó rescatar a alguien con vida, pero al llegar Protección Civil, les pidieron retirarse.
La zona fue acordonada por policías, cuerpos de emergencia, ambulancias, militares y Protección Civil. Enseguida se escucharon las sirenas de las unidades de la Cruz Roja que comenzaron a llegar, para entonces, decenas de hombres y mujeres ya trataban de localizar con vida a sus vecinos y amigos, con los que habían convivido y compartido décadas y que no han sido localizados.
Con el paso de las horas, los pobladores comenzaron a llevar paquetes de agua, comida, café, tamales, herramientas, cuerdas, para que por la noche no se detuvieran las maniobras de rescate en la zona.