El ácido úrico, según la biblioteca nacional de los Estados Unidos, en su portal MedLine Plus, es el resultado de un proceso químico que desarrolla el cuerpo al descomponer “purinas”, estas están presentes en los alimentos; sin embargo, el organismo también las produce de forma natural, según explica el portal.
Entre tanto, se establece que el 80 % del ácido úrico que se produce a diario se evacua por medio de la orina, esto antes de disolverse en la sangre y entrar en los riñones, según recoge el portal de la aseguradora Sanitas, el cual también advierte que, si este no sale por la orina, entonces el cuerpo estaría reteniéndolo y así, se estaría en peligro de sufrir enfermedades por la acumulación en la sangre.
Si luego de un análisis médico los valores del ácido úrico no están entre 3,5 y 7,2 para hombres y 2,5 y 6 para mujeres, entonces se estaría en riesgo de padecer diagnósticos relacionados, por lo que el paciente requeriría un tratamiento médico, afirma el portal.
Un alto nivel de este ácido podría producir una enfermedad llamada hiperuricemia, diagnóstico que puede resultar en cálculos renales y gota, en adición, Sanitas también hace referencia a otras enfermedades relacionadas, si no se cuidan los niveles de ácido úrico en la sangre, estas serían la leucemia, la toxemia durante el embarazo, el hipoparatiroidismo, la insuficiencia renal y la nefrolitiasis.
Respecto a la hiperuricemia, el portal Chemocare afirma que en muchas ocasiones, esta enfermedad no presenta síntomas, por lo que pude resultar problemática y se necesitaría un examen médico para detectarlo, además, si el ácido se acumula en las articulaciones, las personas pueden llegar a desarrollar gota, la cual “se caracteriza por ataques repentinos y graves de dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en una o más articulaciones, a menudo en el dedo gordo del pie”, según recoge la organización estadounidense Mayo Clinic.
Ante este panorama, para controlar los niveles de ácido úrico en el cuerpo se recomienda no consumir en exceso elementos que contengan un alto nivel de purinas, como frijoles, arvejas secas, cerveza, hígado, anchoas, entre otras, según MedLine Plus.
Para el portal Drugs.com, en la dieta diaria si se podrían incluir con más frecuencia productos como queso, helados y leche bajos en grasa o incluso descremados, huevos, nueces, crema de maní, caldos o sopas que contengan la sustancia de la carne, frutas, alimentos con maíz, entre otros.
Además de esto, también se pueden crear recetas con los alimentos anteriores que podrían ayudar a las personas que incluso, ya cuentan con estos diagnósticos, una de ellas sería la combinación de pescado blanco con tomates y papas. Según el portal Salud 180, se debe poner a sofreír una porción de papas previamente cocinadas, cuando comiencen a dorar se recomienda integrar los tomates frescos y de últimas el pescado, luego de esto se espera que se cocine.