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Miguel Luna, maestro en Derecho Penal y juez de distrito, señaló que una reforma a la Constitución pretende eliminar mil 600 historias por sólo 60 días de "campaña", sin recursos y a capricho de los políticos que darán su favor y propondrán a los candidatos, destruyendo otras decenas de miles de historias en formación.
“No es algo de lo que quiera formar parte… desde el 2018 hasta la fecha, cada año y he tratado de mejorar mi desempeño en los juzgados donde he estado. Siempre he trabajado con la puerta abierta y de cara a los usuarios del servicio que doy, enfrentando sus descontentos, reconociendo mis errores cuando los he cometido y corrigiéndolos.
“Cada sentencia implica una parte conforme y otra inconforme, cada sentencia es un reclamo y una felicitación. Cada sentencia es un usuario satisfecho y otro enojado. Como jueces no podemos darle gusto a nadie, sólo nos entregamos al derecho”, dijo en redes sociales.
El maestro en Derecho Penal señaló que creen aplicable a cada caso, conforme a su criterio, sin presiones externas.
“Mi mayor meta es que incluso, con quienes no compartí criterio, se sientan satisfechos y atendidos con una resolución que les haga saber que su caso fue revisado a conciencia. Nunca podré darle la razón a todos, porque la naturaleza de mi función no lo permite. Es imposible”, expresó.
Luna indicó que el Poder Judicial ha sido siempre su plan de vida y el sustento de su familia.
Recordó que trabajó sin sueldo hasta noviembre de 2005, cuando sus padres lograron pagarle sus estudios en la Universidad Autónoma de Nuevo León
“En noviembre de 2005, fui designado como oficial judicial en un Tribunal Colegiado, teniendo ya 21 años. Pagué el resto de mi carrera (9o y 10o semestre más gastos de titulación) y me dediqué a capacitarme en cursos del entonces Instituto de la Judicatura Federal, al tiempo que dirigí todos mis esfuerzos para aprender a redactar mejores sentencias; cosa que venía haciendo de años”, detalló.
Indicó que en 2009 presentó por primera vez el examen para la categoría de secretario y lo acreditó con 91 puntos. Ese mismo año fue designado como secretario en el mismo Tribunal Colegiado. Redactó de tres a cinco sentencias semanales de amparos en revisión, amparos directos y revisiones.
Así como fiscales, quejas, reclamaciones e inconformidades durante siete años. En agosto de 2015 se inscribió al concurso de oposición para ser designado Juez de Distrito.
Por otra parte, el juez Saul Mercado afirmó que ningún integrante del Poder Judicial se opone a una reforma judicial y son los primeros que la quieren, pero en realidad no se trata de una reforma, de ahí que la propuesta se presentara a la brevedad, derivada de los diálogos con la sociedad y subrayó que la ciudadanía merece "una real".
“¿Qué hacemos los jueces federales? Nuestra principal labor es el juicio llamado de amparo en el cual un ciudadano como tú o como yo, considera que una actuación de la autoridad ataca sus derechos; por ejemplo, la clausura de su tienda, falta de atención médica, detención arbitraria o cualquier acto parecido siempre y cuando provenga de una autoridad.
“En otras palabras, si tú cómo ciudadano crees que una autoridad violó tus derechos, nosotros revisamos. A través de esa solicitud del ciudadano, revisamos la conducta de autoridad”, refirió también redes sociales.
Abundó que se pueden dar varios supuestos, pero típicamente son dos: que la conducta de la autoridad sea ilegal, en ese caso se ordena dejar de afectar al ciudadano o que la conducta de autoridad sea válida.
Indicó que el Poder Judicial revisa principalmente (aunque tienen otros asuntos mercantiles, civiles muy específicos) problemas que surgen entre una autoridad y un ciudadano para verificar que la autoridad no se pase de lista.
“Lógicamente, siempre hay inconformidad, ya sea por la autoridad a la que se le obliga a dejar de afectar al ciudadano o del ciudadano que insiste que la conducta de la autoridad es indebida .
“Motivo por el cual difícilmente nuestra aprobación podría pasar del 50% porque ¿a quién le gusta perder? Por ello lo más sencillo, como siempre, es gritarle al árbitro vendido, comprado, casi como en el fútbol”, refirió
Mercado calificó como importante mantener la independencia judicial para resolver a favor o en contra de la autoridad libremente, sin ninguna presión por parte de nadie, por ello “el voto popular” vulnera esencialmente esa parte.
“Es por ello que una reforma como la que se pretende, debería discutirse amplia, profunda y minuciosamente, dando a conocer a cada ciudadano nuestra labor y después decidir en consecuencia. Si hay casos de deshonestidad, que se castigue severamente”, puntualizó.
EL UNIVERSAL