Roberto González Paz, el supervisor escolar jubilado que se declara dueño de la mansión de Ixil, vive, cuando se encuentra en Mérida, en una casa de 72 metros cuadrados de construcción en la colonia Castilla Cámara, con su esposa y su hija.
Ese predio tiene un terreno de 330 metros y un valor catastral de $193,935.
Ayer en la mañana, en el porche de esa casa se encontraba una camioneta Patriot Jeep blanca. La casa estaba cerrada y nadie abrió la puerta, pero reporteros del Diario vieron ropa recién lavada colgada en la sala.
Vecinos informaron que González Paz viaja muy seguido a Villahermosa. “Aquí hace uno o dos días y regresa, parece que allí tiene otra casa”, dicen.
En Ixil, personas consultadas ayer dijeron que no pueden identificar a González Paz como el dueño de la mansión construida en las afueras del pueblo.
—Al que hemos visto entrar a esa casa en su Cadillac es a un hombre joven y moreno, no a un señor de edad. Hasta antes de las publicaciones del periódico no sabíamos su nombre y sólo lo conocíamos como “uno de los secretarios de Ivonne”.
Una de las casas del presunto dueño de la mansión de Ixil es ésta, la número 714 de la privada Delio Moreno Cantón
Vecinos de Ixil consultados ayer dicen que no reconocen a Roberto González Paz como el dueño de la mansión de ese lugar.
“El sólo habita la casa, contrata a albañiles y trabajadores para tareas de construcción y mantenimiento del lugar y paga y mantiene comunicación con los cuidadores y encargados. Eso todos los saben en Ixil”, aseguran los vecinos, quienes piden no ser identificados por temor a represalias.
Los cuidadores de la mansión, añaden, desde antes de las publicaciones del Diario impedían el paso a cualquier persona, salvo a los trabajadores previamente identificados. El portón principal sólo se abre cuando llega el dueño y nadie puede tomar fotografías del interior de la casa. “Esto es lo que más cuidan, pero nos preguntamos: si no hay algo que esconder, ¿por qué tanto temor?”, agregan.
Ayer publicamos que González Paz, en un escrito enviado al Diario, dice que él es el dueño de la casa de Ixil y no su hijo Carlos González Caamal, director de Administración y Finanzas de la Oficina de la Gobernadora.
Esa casa, añade, “es parte de mi patrimonio familiar y espero heredarla a mis nietos.
González Paz, que se presenta como “supervisor escolar jubilado”, oriundo de Tabasco, explica que “con la venta de mis propiedades allí y los ahorros de toda mi vida he juntado capital propio que uso en negocios que afortunadamente me han dado a ganar”.
Para demostrarlo, entregó una lista de tres de sus propiedades en Mérida que, de acuerdo con averiguaciones de este periódico, juntas suman un valor catastral de $727,000.