Una Gabriela López Gómez sonriente, pero esquiva y silente, fue la que se mostró anteanoche en el centro comercial Plaza Altabrisa cuando un reportero del Diariointentó obtener la versión de la asesora oaxaqueña acerca de varios tópicos referentes a su relación con el Ejecutivo estatal.
Sin dejar de caminar, Gabriela López no aceptó hablar de su labor como la principal proveedora del gobierno del Estado en servicios de comunicación, imagen y elaboración de encuestas y estudios focales.
La última vez que el Diario intentó entrevistar a Gabriela López, en agosto pasado, ésta interpuso una denuncia contra el reportero Hansel Vargas Aguilar, quien, según la publicista, “tomó fotos a unas modelos en un camerino”, en la Quinta Montes Molina.
Antenoche, la asesora asistió a la inauguración de la tienda Ibonica, propiedad de Adolfo Peniche Larrea, quien fue su novio durante un tiempo.
Ataviada con una blusa color rosa con las características flores bordadas de la marca, la oaxaqueña asistió puntual al evento, en el que estuvo acompañada por la directora del proyecto Mi Stilo es Yucatán, Edaminé Novelo Baena. También estuvo presente su hermano Alberto.
Al concluir el desfile, igual que el resto de los invitados, la asesora se dirigió a la planta alta de la plaza, donde se ubica la nueva tienda.
Cuando la publicista caminaba por los pasillos del centro comercial, el reportero Roberto García se le aproximó y luego de presentarse e identificarse como representante del Diario le solicitó una entrevista.
—¿Cuál es su participación en el proyecto Mi Stilo? ¿Qué tipo de servicios ha prestado al gobierno por los que le han pagado $3 millones? —preguntó el periodista a la asesora, quien se limitó a sonreir, pero no respondió palabra alguna y tampoco detuvo el paso.
Cuando el reportero se le aproximó, Gabriela López estaba sola, pero al ver el intento de entrevista un joven alcanzó a la oaxaqueña y la tomó de los hombros como “protegiéndola”.
El reportero insistió con sus preguntas e incluso pidió una cita a la asesora para una entrevista posterior, pero la aludida jamás contestó ni detuvo su marcha.
Roberto García fue filmado cuando Gabriela ya estaba en retirada.
