(2)Una paulatina descomposición social, fruto de diversos factores, hizo que Kanasín perdiera su fama de pueblo tranquilo donde se disfrutaban los panuchos y salbutes, y se convirtiera en un sitio amenazado por la inseguridad pública.
Hogares desintegrados, alcoholismo, violencia familiar, analfabetismo y baja escolaridad se mezclan con el desempleo, el crecimiento urbano desordenado y la falta de parques, aceras, luminarias y otros elementos más de la infraestructura que debe tener esa cabecera con categoría de ciudad.
La vigilancia policíaca es deficiente -parte de los oficiales municipales están mal preparados-, el comercio ambulante es una epidemia y los mototaxis proliferan sin orden y control, cada quien pone su tarifa.
Sólo hay un plantel de bachillerato, dos secundarias y diversas primarias, con instalaciones deterioradas. Los comercios, talleres, fábricas y otros negocios surgen en desorden.
Kanasín es sede de unos 10 tugurios donde se ofrecen espectáculos nudistas y de otra clase. Uno de los establecimientos es para homosexuales. Los bailes públicos en el centro del lugar terminan a veces con grescas entre personas ebrias.
En las noches reinan las pandillas juveniles, parte de ellas con integrantes cuyas edades van de 10 a 15 años. El temor que generan hizo que muchos mototaxistas suspendan su labor a las 8 de la noche.
El parque principal de Kanasín está ocupado siempre por vendedores ambulantes y la paz no llega los domingos, al contrario, ese día se multiplican algunos de los problemas.
Un sector de la ciudad es atravesado por la carretera que lleva al Sur del Estado. En ese tramo el tránsito de automóviles y camiones es continuo día y noche.
Vecinos de Kanasín indican que esa mezcla de factores explica el fenómeno del pandillerismo y el creciente nivel de violencia en las calles, que esta semana se manifestó con balazos y una persona muerta a tiros.
Familias que llevan décadas asentadas ahí coinciden en que ese lugar cambió radicalmente. Parte de ellas culpan a los ayuntamientos priistas y panistas que les fallaron, así como al gobierno estatal desinteresado en la suerte de esa localidad.
En la cabecera el rostro urbano está desfigurado. Cuando los jóvenes salen de sus casas encuentran calles empedradas y con hierba, basura en los costados de los caminos y en terrenos baldíos y falta de aceras que los hace caminar en el arroyo, esquivando a vehículos que los bañan de polvo y humo.
Debido a las pocas escuelas secundarias y de bachillerato, hay muchachos que caminan largos tramos. Para cortar camino atraviesan terrenos abandonados, con basura.
La corrupción y prolongada inactividad de los malos gobiernos municipales derivó en abandono de los parques y los servicios públicos en general. Los fraccionamientos proliferaron sin vigilancia, son conjuntos de casitas sin parques y jardines, y sus calles y aceras dejaron ver pronto su mala calidad.
Originalmente Kanasín estaba formado por las manzanas del centro y el barrio que las rodeaba. Ahora esas secciones son la mínima parte de la cabecera, el resto son nueve colonias y 51 fraccionamientos dispersos.
Su población es de 79,000 habitantes, incluyendo a las fami lias de sus tres comisarías: Teya, San Pedro Nohpat y San Antonio Tehuitz. El Ayuntamiento tiene $80 millones al año para cubrir las necesidades diarias y contrarrestar los rezagos.
La conurbación de Kanasín con Mérida es otra desventaja, las autoridades de ambos municipios se desajenan de la zona donde se traslapan los territorios de los dos municipios.
-Es difícil opinar si la inseguridad ya es generalizada, pues la zona donde vivo, el fraccionamiento de la Croc, es tranquila -manifiesta la profesora Claudia Góngora López.
Pero reconoce que parte de la vida de esa localidad es caótica.
En su opinión, la solución a los problemas de Kanasín podría generarse desde las autoridades, en particular el Ayuntamiento. Este es el que puede aplicar políticas públicas que resuelvan parte de los conflictos.
Otros entrevistados consideran que la solución debe venir de la propia comunidad, empezando en las familias, cuna de los problemas. Sin embargo, consideran difícil que surjan líderes en la comunidad para encabezar la recomposición social de Kanasín, pues todos temen represalias de políticos u otras personas que vean afectados sus intereses.
La parroquia del lugar ya hace su parte, desde hace tres años improvisó una escuela junto a la capilla de la Virgen de Guadalupe para atender la demanda de madres de familia cuyos hijos no son aceptados en los colegios oficiales por falta de cupo, por carecer del acta de nacimiento, por vivir fuera del área, etcétera.
-En Kanasín hay gente que no sabe leer ni escribir, constantemente hay quienes ponen su huella cuando vienen a tramitar bodas, bautizos y quince años -dijo Reyna May Cutz, secretaria de la Parroquia.
Ella es parte de los vecinos que sufren indirectamente la inseguridad, planea retirar a su hijo de la secundaria Leandro Valle, a cuyas puertas se instalan pandilleros. Personal docente del lugar ha sido testigo de enfrentamientos entre pandillas, y pidió a los padres de familia acudir por sus hijos cuando concluyan las actividades docentes.- Hansel Vargas Aguilar
En un recorrido por Kanasín diversas personas, incluso jóvenes, coincidieron en que hay descomposición social:
La violencia es constante
Candy Chan Baas, vecina del Centro, ha sido testigo de enfrentamientos entre pandillas. En otros rumbos también ocurren esos hechos, uno de ellos son los alrededores de la Secundaria No. 71, que es una zona peligrosa durante las noches.
El sitio de los balazos
En el sector donde una persona fue muerta a tiros, hubo en días previos dos grescas a pedradas, según informan los vecinos.
Es una zona concurrida
La calle donde hubo disparos está a una cuadra de la transitada vía que lleva al sur del Estado. En esa arteria hay una tienda y un taller de herrería, y a la vuelta un templo, una tlapalería y una farmacia.
No todos somos así
Muchachos de ese rumbo dijeron que no todos los jóvenes son pandilleros. "Hay chavos banda porque sus papás no los educan ni atienden las cosas de la familia".
La raíz del problema
Un taxista que conoce al presunto autor de los disparos, dijo que la familia de éste tiene problemas y por ello sus hijos son violentos.
