Noticias de Yucatán
(mercado, compromisos no cumplidos, mentiras)
(mercado, compromisos no cumplidos, mentiras)
Publicada: 5 marzo 2012
Angélica Araujo, alcaldesa con licencia y aspirante al Senado, ofreció mejorar el Lucas de Gálvez. La imagen refleja lo contrario 
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"Lo más complejo y valioso de los mercados son sus instalaciones y el reto es lograr que se vean impecables", dijo la alcaldesa de Mérida con licencia Angélica Araujo Lara en septiembre pasado.
En ese entonces, la edil aseguró que se trabajaba con el Banco Interamericano de Desarrollo en un proyecto ambicioso para los mercados San Benito y el Lucas de Gálvez.
Ese proyecto, explicó, incluía la reestructuración de espacios y el mejoramiento de sus instalaciones a fin de contar con buen servicio de agua, drenaje, iluminación y cuidado al ambiente.
Sin embargo, un recorrido por el Lucas de Gálvez indica que nada de esto ha iniciado aún y los locatarios califican como "desesperada y preocupante" su situación.
El pasillo 2, uno de los más transitados del lugar, representa en un largo tramo un riesgo para los compradores, locatarios y todo aquel que camine por ahí, pues el agua que viene de numerosas goteras del techo permanece encharcada llueva o no.
"Diario se resbalan, caen y lastiman varias personas por estos charcos y lodo", comentó Sharon Torres, locataria ubicada en este pasillo.
Augusto Méndez Lizarraga, comerciante de una tienda de abarrotes y miscelánea, dijo que el problema se agrava para la época de lluvias y empeora al grado de que ya ni siquiera se puede transitar.
"El drenaje rebosa y todo se vuelve un caos, y sí a esto se le suma la inseguridad que se vive y la reubicación del transporte público que aleja a los clientes, se entiende la situación desesperada por la que atravesamos", agregó.
Carlos Sosa García, vendedor de pescado frito, indicó que el pasado jueves sostuvieron una reunión con Diana Castañeda Medina, directora de la Unidad de Gestión e Innovación Empresarial, organismo que sustituyó a la subdirección de Mercados, que pertenecía a la Dirección de Servicios Públicos Municipales de Mérida, desde enero.
El locatario informó que en la reunión se le plantearon a la funcionaria municipal las deficiencias que padece la central, entre las cuales destacan el deterioro, la inseguridad y la oscuridad que impera en muchos sectores del mercado.
Se acordó una segunda reunión a la que irían dos comerciantes de cada sección del mercado, para explicar sus principales carencias.
El locatario consideró que la inseguridad que se vive en el lugar es el problema más urgente, pues los robos y los asaltos alejan a los clientes.
Explicó que se han cambiado a varias empresas de seguridad porque no dan resultados y ahora se regresó a los rondines de la policía municipal y se instalaron cámaras de vigilancia, pero aun así, siguen los robos y asaltos. "En nuestro sector de pescado, nosotros mismos cuidamos y vigilamos a los clientes, y sí vemos que alguno es agredido nos metemos a defenderlo, pues vivimos de nuestros clientes y no de los asaltantes". La nueva directora les ofreció un mantenimiento integral.
En ese entonces, la edil aseguró que se trabajaba con el Banco Interamericano de Desarrollo en un proyecto ambicioso para los mercados San Benito y el Lucas de Gálvez.
Ese proyecto, explicó, incluía la reestructuración de espacios y el mejoramiento de sus instalaciones a fin de contar con buen servicio de agua, drenaje, iluminación y cuidado al ambiente.
Sin embargo, un recorrido por el Lucas de Gálvez indica que nada de esto ha iniciado aún y los locatarios califican como "desesperada y preocupante" su situación.
El pasillo 2, uno de los más transitados del lugar, representa en un largo tramo un riesgo para los compradores, locatarios y todo aquel que camine por ahí, pues el agua que viene de numerosas goteras del techo permanece encharcada llueva o no.
"Diario se resbalan, caen y lastiman varias personas por estos charcos y lodo", comentó Sharon Torres, locataria ubicada en este pasillo.
Augusto Méndez Lizarraga, comerciante de una tienda de abarrotes y miscelánea, dijo que el problema se agrava para la época de lluvias y empeora al grado de que ya ni siquiera se puede transitar.
"El drenaje rebosa y todo se vuelve un caos, y sí a esto se le suma la inseguridad que se vive y la reubicación del transporte público que aleja a los clientes, se entiende la situación desesperada por la que atravesamos", agregó.
Carlos Sosa García, vendedor de pescado frito, indicó que el pasado jueves sostuvieron una reunión con Diana Castañeda Medina, directora de la Unidad de Gestión e Innovación Empresarial, organismo que sustituyó a la subdirección de Mercados, que pertenecía a la Dirección de Servicios Públicos Municipales de Mérida, desde enero.
El locatario informó que en la reunión se le plantearon a la funcionaria municipal las deficiencias que padece la central, entre las cuales destacan el deterioro, la inseguridad y la oscuridad que impera en muchos sectores del mercado.
Se acordó una segunda reunión a la que irían dos comerciantes de cada sección del mercado, para explicar sus principales carencias.
El locatario consideró que la inseguridad que se vive en el lugar es el problema más urgente, pues los robos y los asaltos alejan a los clientes.
Explicó que se han cambiado a varias empresas de seguridad porque no dan resultados y ahora se regresó a los rondines de la policía municipal y se instalaron cámaras de vigilancia, pero aun así, siguen los robos y asaltos. "En nuestro sector de pescado, nosotros mismos cuidamos y vigilamos a los clientes, y sí vemos que alguno es agredido nos metemos a defenderlo, pues vivimos de nuestros clientes y no de los asaltantes". La nueva directora les ofreció un mantenimiento integral.
Mercado en el olvido
Sucio, inseguro y sin esperanza el Lucas de Gálvez
Publicada: 5 marzo 2012
Sucio, inseguro y sin esperanza el Lucas de Gálvez
Publicada: 5 marzo 2012
Los charcos, trampas para los locatarios y clientes del Lucas de Gálvez (1)
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Entre lodo, agua estancada, deterioro, mal olor e inseguridad, locatarios del mercado municipal Lucas de Gálvez califican de "desesperada" la situación en que realizan sus labores comerciales.
Y es que caminar por el pasillo 2 que va de la calle 56, por el Museo de la Ciudad, hasta el mercado San Benito, es arriesgarse a sufrir un accidente, pues el agua que proviene de numerosas goteras de los techos se estanca en el piso del lugar y forma charcos.
Según los locatarios, este problema se debe al mal funcionamiento del drenaje y al deterioro de la red hidráulica, y empeora en temporada de lluvias, aunque los charcos están de forma permanente.
No saben de manera clara de dónde proviene el agua, pero sí saben que es un peligro porque, según comentan, a diario se resbalan y caen de dos a tres personas, incluidos cargadores y locatarios que ya conocen la situación.
Señalan que en varias ocasiones las promesas de remozar el mercado, cambiarle los pisos, ponerle techo, arreglar el drenaje y demás han llegado a sus oídos, pero todas ellas han quedado en el olvido y dudan que las administraciones local y estatal, a punto de concluir, hagan algo.
A esta situación se suma la inseguridad en esa centro de abastos, pues los locatarios denuncian que los asaltos y robos están a la orden del día, a pesar de las recién instaladas cámaras de vigilancia.
La reubicación de los paraderos del transporte urbano es otro punto que les ha bajado las ventas
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Y es que caminar por el pasillo 2 que va de la calle 56, por el Museo de la Ciudad, hasta el mercado San Benito, es arriesgarse a sufrir un accidente, pues el agua que proviene de numerosas goteras de los techos se estanca en el piso del lugar y forma charcos.
Según los locatarios, este problema se debe al mal funcionamiento del drenaje y al deterioro de la red hidráulica, y empeora en temporada de lluvias, aunque los charcos están de forma permanente.
No saben de manera clara de dónde proviene el agua, pero sí saben que es un peligro porque, según comentan, a diario se resbalan y caen de dos a tres personas, incluidos cargadores y locatarios que ya conocen la situación.
Señalan que en varias ocasiones las promesas de remozar el mercado, cambiarle los pisos, ponerle techo, arreglar el drenaje y demás han llegado a sus oídos, pero todas ellas han quedado en el olvido y dudan que las administraciones local y estatal, a punto de concluir, hagan algo.
A esta situación se suma la inseguridad en esa centro de abastos, pues los locatarios denuncian que los asaltos y robos están a la orden del día, a pesar de las recién instaladas cámaras de vigilancia.
La reubicación de los paraderos del transporte urbano es otro punto que les ha bajado las ventas
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