Noticias de Yucatán
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Extremas medidas de vigilancia y las compras, las causas
El centro de la ciudad amaneció ayer trastocado en su vida comercial, turística y de servicios con motivo de las extremas medidas de seguridad implantadas con motivo de la visita presidencial.
El tránsito de personas, vehículos particulares y autobuses de pasajeros fue alterado. Muchos proveedores no pudieron surtir a sus clientes y buena parte de las negociaciones buscaban la forma de recibir mercancía en este viernes decembrino, clave en las ventas navideñas.
Empleados del sector tuvieron problemas para llegar a paraderos de camiones, estacionamientos públicos y centros de trabajo. Y cuando al fin terminaban sus caminatas sorteando tramos cerrados se topaban con vigilantes que los revisaban e interrogaban para dejarlos entrar a laborar.
Varias calles alrededor de la Plaza Grande estuvieron total o parcialmente cerradas. Vallas metálicas y gente armada con ametralladoras vigilaba, con el apoyo de perros amaestrados, que nadie violara las restricciones.
Todo ese trastorno no fue ocasionado por el “fin del mundo” sino por las medidas de seguridad establecidas desde las seis de la mañana como parte de los preparativos presidenciales.
Las medidas de control estuvieron a cargo de militares y agentes federales, estatales y municipales -parte de ellos mujeres- así como personal vestido de civil. Esa operación incluyó a bomberos, plantas de emergencia de la CFE y vehículos castrenses y policíacos.
Los turistas atraídos por el “cambio de era” deambularon en medio de esas restricciones. Pero pudieron acceder a la mayoría de los sitios turísticos.
En ese caso la excepción fueron el Palacio de Gobierno y los corredores de la Casa del Alguacil, donde funcionan establecimientos y el Pasaje Picheta.- Hansel Vargas Aguilar
La visita | Muy vigilada
Hubo establecimientos sin clientes porque éstos no pudieron llegar a ellos.
No hubo información
La falta de información enojó a meridanos y turistas que recorrieron el laberinto de seguridad. Fue frecuente que después de avanzar en angostos corredores la gente se topara con el camino cerrado.
Protestas
“¿Para qué viene el Presidente? Que se quede en su casa para que no lo molesten”, gritó un hombre afectado por el lío.
