Noticias de Yucatán
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Recibimos de Ulises Carrillo Cabrera, director general del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán, una carta que dice lo siguiente.
En relación con nota publicada en la sección Local de ayer, me permito hacerles llegar las siguientes precisiones:
El Isstey compró al gobierno del Estado en diciembre de 2011 un terreno de 330 hectáreas, por 332 millones de pesos (los terrenos destinados a la Plataforma Logística de Progreso); después, en septiembre de 2012, recibió una superficie de cinco hectáreas ubicada en el fraccionamiento “Renacimiento”, Municipio de Kanasín, con un valor de 12 millones de pesos, esto último en pago por aportaciones de la Administración Pública Estatal. Un total de 344 millones de pesos en bienes inmuebles, todo ello aprobado por el Consejo Directivo del Isstey, como consta en documentos de acceso público.
Hoy, el valor de las 330 hectáreas de la Plataforma Logística, que son la propiedad principal señalada en la nota periodística, asciende, según avalúo actualizado y depositado en Fideicomiso ante Banorte, a 412.8 millones de pesos. Es decir, en esa compra el Isstey obtuvo rendimientos del 24 por ciento en dos años, un 12 por ciento promedio anual, algo mucho mejor a cualquier otra inversión de mercado financiero o bursátil, sobre todo cuando (sólo como ejemplo) la tasa Cetes en los últimos años ha estado por debajo del 4% en promedio.
“No hay daño”
En ese tenor, no hay daño patrimonial al Isstey; por el contrario, hay utilidad real para el Instituto con un incremento en el valor de su inversión de 80 millones de pesos aproximadamente.
2) Con la constitución del Fideicomiso de la Plataforma Logística Isstey-Sefoe, el 11 de octubre de 2013, administrado y protegido por Banorte, los terrenos de referencia (las 330 hectáreas) continúan siendo propiedad del Isstey y están blindados para un uso exclusivo en pos del desarrollo de Yucatán: la materialización de la Plataforma Logística.
Estas 330 hectáreas sólo pueden usarse siguiendo un Plan Maestro de Desarrollo (lo cual da orden y certeza de largo plazo para el desarrollo industrial), y tanto el Isstey como el gobierno del Estado podrán obtener beneficios y utilidades reales con el proyecto. Los terrenos se venderán y asignarán conforme se requieran, siempre con un valor de mercado creciente (lo que protege al Isstey y abre oportunidades para la Sefoe) y se podrán, adicionalmente, inyectar fondos federales para construcción de infraestructura en el inmueble.
