Policías de San Francisco, California, acribillaron a un migrante yucateco que presuntamente estaba armado con una navaja.
El caso ha desatado críticas contra la Policía, pues el yucateco era un indigente y en los medios de la ciudad ya se habla de que fue asesinado por conducta racista de los uniformados.
Aunque la Policía del lugar insiste en que se le disparó al yucateco, identificado como Luis Góngora Pat, porque estaba armado y los amenazó, testigos dicen que no fue así.
Incluso, a una televisora de la ciudad llegó anónimamente un vídeo en el que se ve que los policías le disparan con rifles inmediatamente después de ordenarle al yucateco en inglés que se arrojará al piso, tras llegar el sitio por el reporte de un hombre armado.
Le hicieron varios disparos hasta matarlo.
El yucateco vivía en la zona habitacional denominada Mission, en una casa de campaña junto a un amigo de nombre Javier Chab Dzul.
Según medios estadounidense, los amigos de Góngora dijeron que su esposa e hijos viven en Teabo, incluso su mejor amigo Markale Raybon, dijo que lo vio hablarle a sus hijos por teléfono en días pasados.
Otros ‘homeless man’, como se denomina en inglés a los indigentes, dijeron que sabían que Luis Góngora, de 45 años, tiene otros dos hermanos en esa ciudad californiana, pero viven en otra zona y no saben cómo contactarlos.
También señalaron que el yucateco tiene una ex esposa en esa ciudad, pero ésta se fue a otro lado porque también es indigente.
El yucateco era conocido en la zona como una persona pacífica y solía vérsele pateando un balón de fútbol contra la pared.
Patrick Smith (en la foto) dijo que ella vio desde su ventana los hechos y reiteró que el yucateco nunca amenazó a los policías con la navaja.
Reconoció que le gritaron que se echara al piso, pero indicó que el hombre no hablaba inglés, pues ella lo conocía bien, además que los dos policías que lo mataron no le dieron tiempo a nada y disparaban al mismo tiempo sus armas.
En Teabo vive su ahora viuda Carmen May, con domicilio en la calle 28A entre 33 y 35. El occiso deja en la orfandad a sus tres hijos: uno de 20, uno de 22 y otro de 24 años de edad.
El caso ha desatado críticas contra la Policía, pues el yucateco era un indigente y en los medios de la ciudad ya se habla de que fue asesinado por conducta racista de los uniformados.
Aunque la Policía del lugar insiste en que se le disparó al yucateco, identificado como Luis Góngora Pat, porque estaba armado y los amenazó, testigos dicen que no fue así.
Incluso, a una televisora de la ciudad llegó anónimamente un vídeo en el que se ve que los policías le disparan con rifles inmediatamente después de ordenarle al yucateco en inglés que se arrojará al piso, tras llegar el sitio por el reporte de un hombre armado.
Le hicieron varios disparos hasta matarlo.
El yucateco vivía en la zona habitacional denominada Mission, en una casa de campaña junto a un amigo de nombre Javier Chab Dzul.
Según medios estadounidense, los amigos de Góngora dijeron que su esposa e hijos viven en Teabo, incluso su mejor amigo Markale Raybon, dijo que lo vio hablarle a sus hijos por teléfono en días pasados.
Otros ‘homeless man’, como se denomina en inglés a los indigentes, dijeron que sabían que Luis Góngora, de 45 años, tiene otros dos hermanos en esa ciudad californiana, pero viven en otra zona y no saben cómo contactarlos.
También señalaron que el yucateco tiene una ex esposa en esa ciudad, pero ésta se fue a otro lado porque también es indigente.
El yucateco era conocido en la zona como una persona pacífica y solía vérsele pateando un balón de fútbol contra la pared.
Patrick Smith (en la foto) dijo que ella vio desde su ventana los hechos y reiteró que el yucateco nunca amenazó a los policías con la navaja.
Reconoció que le gritaron que se echara al piso, pero indicó que el hombre no hablaba inglés, pues ella lo conocía bien, además que los dos policías que lo mataron no le dieron tiempo a nada y disparaban al mismo tiempo sus armas.
En Teabo vive su ahora viuda Carmen May, con domicilio en la calle 28A entre 33 y 35. El occiso deja en la orfandad a sus tres hijos: uno de 20, uno de 22 y otro de 24 años de edad.