Noticias de Yucatán
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Lo que algunas personas se hacen no podrías imaginarlo ni en sueños. Es el caso de la italiana Fulvia Pellegrino. Es imposible obviar que Fulvia ha pasado por el quirófano en innumerables ocasiones; y el resultado es una absoluta catástrofe. Pero si piensas que ya conoces la historia, estás muy equivocado. Por desgracia esta mujer ha vivido un triste pasado.
Fulvia creció junto a 2 hermanos y su padre fue un sacerdote católico, quien los educó según principios religiosos muy estrictos. Pero ya de adolescente, se sentía diferente a como era en el exterior. Fulvia nació siendo un hombre y la llamaron Fulvio. Sin embargo, lo único que deseaba era ser mujer en su interior.
Por miedo a su familia, hizo todo lo posible por ser un hombre "de verdad". Fue a cazar, bebió en exceso e incluso se compró un coche de lujo.
Cuando tenía 24, Fulvio conoció a Marisa, una doctora de profesión. La pareja se casó y Fulvio siguió con el show. Pero siempre que le era posible, Fulvio se vestía y maquillaba como una mujer. Con frecuencia iba a bares gays y hacía todo lo posible por mantener en secreto su doble vida.
Tras 16 años de pantomima, Fulvio no podía seguir así. Tenía claro que debía hablar con su esposa, a quien no le había confesado nada durante tanto tiempo.
Fulvio le confesó a Marisa que quería someterse a una operación de cambio de sexo. Su incauta esposa está completamente en shock. Pero, en poco tiempo y con la ayuda de un psicólogo, encuentra la fuerza para perdonar a su marido.
Ella permaneció a su lado y lo apoyó en todos los malos momentos. Para poder llevar a cabo sus planes, Fulvio vendió todas sus armas, coches e incluso su casa. Pero no solo lo pagó con dinero, sino con su familia y amigos. Cuando su padre lo descubrió, intentó incluso ingresar a su hijo en un psiquiátrico.
Quizás fue ese rechazo el que lo llevó a no darse cuenta de las medidas. Tras 4 aumentos de pecho, 2 liposucciones, una operación de nariz, y 150 inyecciones en los labios y mejillas, apenas se la reconoce. Con 56 años, Fulvio es ahora Fulvia.
Su mayor deseo es parecerse a la actriz de porno transgénero americana Allanah Starr. Pero está lejos de haber acabado. "Aún quiero más operaciones porque no estoy perfecta. Quizás entonces pare".
A causa de su obsesión por la belleza, Fulvia tiene deudas y es vilipendiada socialmente. En total, se ha gastado unos 75.000$ en operaciones, una suma con la que podría comprarse incluso una pequeña casa. En su barrio la tratan como a una leprosa. La gente murmura al verla pasar e inventa historias en las que es prostituta. Ni siquiera pudo ir al funeral de su padre.
A pesar de todo, Marisa se mantuvo a su lado. "Hoy Marisa y yo no somos nada más y nada menos que amigas. Marisa no es homosexual y no se acuesta conmigo, aunque yo aún tengo órganos sexuales masculinos. Pero a causa de las hormonas femeninas que tomo, no me funciona ya".
Marisa permanece junto a Fulvia y cuida de ella económicamente, porque Fulvia lo ha perdido todo.
Es difícil saber quién es la verdadera heroína de esta absurda historia. Todo lo que ganó Fulvia con sus operaciones lo tuvo que perder de otras maneras. Pero Marisa siempre se mantuvo a su lado e incluso se sacrificó. Y todo ello porque Fulvia no pudo ser la persona que quiso. Comparte la increíble historia de Fulvia.