Sus orígenes y ¿traición al Jefe de Jefes?
Nació en 1960 en una ranchería de Mocorito, Sinaloa. Se introdujo al mundo del narco como sicario bajo las riendas del expolicía Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Padrino” o “El Jefe de jefes” quien lideraba el Cártel de Guadalajara junto a Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca “Don Neto”.
En dicho cártel se vinculó con “El Chapo”. De acuerdo a una nota de El Universal de 2007, “El Güero” Palma se ocupaba del trasiego de cocaína hacia la frontera “y al ver lo jugoso del negocio, intentó operar por su cuenta. Un cargamento que custodiaba con su gente fue el origen de la fractura” con su jefe, “El Padrino”. “Se dijo que se había quedado con el dinero y Félix Gallardo lo acusó de traición”, indica el medio mexicano.
Pese a que Félix Gallardo lo ha negado en reiteradas ocasiones, se dice que en 1988 él ordenó infiltrar al venezolano Rafael Clavel Moreno, “El Buen Mozo” en el círculo cercano de su excolaborador. El resultado, una catástrofe que de acuerdo a especialistas, marcó un antes y un después en el “ajuste de cuentas” entre el narco.
El sociólogo Luis Astorga señaló al diario vanguardia.com.mx que antes de dicho episodio “los ajustes” entre bandas sólo se limitaba al uso de armas de grueso calibre y solían ser certeros, ahora “lo que se busca es utilizar al mínimo la confrontación directa… le apuestan a que con la guerra sicológica el enemigo se paralice del miedo y el terror se pueda expandir en el circulo inmediato. Ante esto, en un escenario de confrontación entre grandes organizaciones obligan a otras a actuar con mayor saña, donde se rompe la regla no escrita de no atacar a sus familias”.
Sin duda, el acto del “Buen Mozo” marcó las decapitaciones con mensaje como estrategia de venganza a lo que ahora le sigue la publicación de videos en YouTube y hasta narcorridos.
Seducen a su esposa la decapitan y además matan a su dos hijos
Para llevar a cabo su plan, el infiltrado Clavel primero se hizo novio de la hermana de “El Güero” Palma; ya como “cuñado” se ganó la confianza del capo y meses después logró su objetivo: seducir a la esposa Guadalupe Leija. Así fue, cumplió su misión con creces; enamoró a Leija y la convenció de dejar a su esposo y abandonar el país con todo y sus dos hijos, así como de sacar millones de dólares de la cuenta del capo. Sin embargo, el “amor” por ella le duró poco.
Ya en San Francisco, California… la decapitó y su cabeza la colocó en una caja metálica para enviarla a “El Güero” Palma junto a un mensaje. Días después, los niños Natalie (4 años) y Héctor Palma (5 años) fueron encontrados muertos en una barranca venezolana. Según reportes policiales venezolanos citados en la revista Proceso “los menores fueron arrojados desde una altura de 150 metros, en el puente conocido como La Concordia, en la ciudad de San Cristóbal, Táchira”.
“En los dos casos, el autor material del crimen fue identificado por la policía: Rafael Clavel Moreno, de origen venezolano, vinculado con el grupo de Félix Gallardo”.
La misma revista indica que “testimonios ministeriales de integrantes de la banda de “El Güero” Palma… coinciden en señalar que al enterarse de la muerte de sus familiares, Luis Héctor juró vengarse: ‘ya nos declararon la guerra y esto no se va a quedar así’”. Asimismo, el Universal indica que el brillo de sus ojos verdes que cortaba la respiración de quienes lo rodeaban –una mirada de dolor y rabia- se acentuó desde aquel episodio.
Los tres fueron enterrados en uno de los más lujoso narco-mausoleo en Sinaloa, el cual cuenta con un fresco que los representa como ángeles, así como una escalara que conduce a una suite con una vista a las colinas circundantes; tiene internet y un comedor y cocina para celebraciones y ceremonias religiosas. Además, se rumora que el edificio se mantiene con el olor del perfume favorito de Guadalupe Leija.
