A sólo una semana de ocupar la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha reunido los enconos suficientes para pensar en un proceso de juicio político y destitución en su contra, de acuerdo con un artículo del analista Robert Kuttner publicado este lunes por el portal The Huffington Post.
Para Kuttner, Trump “ha intentado gobernar por impulso, por capricho, por retribución personal, por lucro, por decreto, como si lo hubieran elegido para el cargo de dictador. No le ha resultado, y las ruedas del autobús ya están por salir desprendidas, ¡después de una semana!”.
Incluso el personal de Trump tuvo que pararle los pies con su absurda cruzada contra México y los mexicanos, en la que un día Trump obliga al presidente mexicano a cancelar una visita oficial y al día siguiente se pasa una hora al teléfono con él comiéndole la oreja.
El periodista y escritor explicó que Trump ha perdido rápidamente el apoyo de buena parte del Partido Republicano, que al principio creyó que podría beneficiarse de la popularidad del mandatario e imponerle su agenda, pero muy pronto se han encontrado con un presidente poco dispuesto a escucharlos.
Por ello, gente del partido ha tenido que salir a matizar o de plano negar muchas de las medidas impuestas por Trump por la vía de las órdenes ejecutivas, como el veto a la entrada de visitantes de siete países con mayoría musulmana, la guerra comercial con países que “han sacado” provecho de la relación económica bilateral (como México, China, Japón y Alemania), y la construcción de un muro en la frontera sur.
“Una cosa es vivir tu propia realidad cuando eres candidato (…), peso cuando intentas gobernar a tu manera, hay una realidad y ésta realidad regresa los golpes”, apuntó.
Además, el periodista reconoce varias maneras para emprender una batalla legal que saque a Trump de la Casa Blanca, entre las que destaca la “cláusula de inelegibilidad” dispuesta en la Constitución de Estados Unidos, que prohibe a un presidente lucrar con acciones de gobiernos extranjeros, como podría suceder si uno de sus negocios recibe alguna exención de impuestos o crédito en el exterior.
Además, la ley estadounidense prohibe a cualquier miembro del Poder Ejecutivo sacar algún tipo de provecho de información que no sea del conocimiento público, como la que están recibiendo todos los días a raudales.