Probablemente has oído hablar del síndrome del impostor, que es la angustiosa ansiedad de que de alguna manera has engañado a la gente para que crean que eres un humano cualificado y competente, cuando realmente te topas con tus circunstancias en virtud y en realidad fue mucha suerte- porque probablemente no estás tan calificado como otros.
Pero el síndrome del impostor tiene un opuesto, que puede ser más perjudicial para tu autoestima: Qué sucede cuando sientes que tu trabajo es el ideal para ti, tanto que se ha convertido en una parte esencial de tu identidad - y luego te despiden.
Un estudio publicado en el Diario de Comportamiento Organizacional y destacado por el blog de la Asociación de Psicología Científica, asegura que la inseguridad laboral puede hacer que la gente pierda parte de su sentido de sí mismo.
“Cuando el empleo de alguien es seguro, su identidad social como "persona empleada" puede no venir a la mente explícitamente muy a menudo. Sin embargo, cuando la pérdida de un trabajo se vuelve más destacada, la gente puede comenzar a ser cada vez más consciente de ser identificada como parte de un grupo alternativo, estigmatizado: los desempleados. Es posible que la disminución de la satisfacción con la vida pueda estar relacionada, ya que el no tener empleo a mucha gente le provoca inseguridad.“ Explicó APS.
Las personas que percibían que su trabajo era inseguro y que en cualquier momento se quedarían sin él, también eran más propensas a sentirse menos. ¿Te ha pasado?
No importa cuál sea tu situación, debes de recordar que un trabajo no te hace quién eres.