MÉRIDA, Yuc.- Esta ciudad sigue desentrañando sus misterios. En el patio de una antigua escuela primaria ubicada en el Centro Histórico fue hallado una especie de túnel subterráneo cuya calidad del trabajo arquitectónico no se asemeja a otros de la zona, señalaron especialistas del Grupo Espeleológico Ajau.
Los investigadores consideraron que las casonas tienen secretos por revelar, pero hace falta un mayor trabajo histórico para reconstruir el pasado de Mérida, en lo que se refiere a los túneles.
El caso del reciente hallazgo los llevará a indagar el pasado para tener una idea más clara sobre su uso, explicaron Carlos Evia Cervantes, fundador del Grupo Espeleológico Ajau, y María José Gómez Cobá, su actual presidenta.
Ésta última destacó que la arquitectura biselada del lugar revelaría que data desde finales del siglo XIX . De él llama la atención la calidad de los acabados en los arcos y las paredes, y considerando que el edificio se ubica en lo que fue la antigua salida de Mérida a Campeche, “no es posible señalar por el momento cuál fue su uso, porque hay demasiado trabajo en su construcción”.
En entrevista, Evia Cervantes explicó que a invitación del profesor de Arquitectura de la Universidad Modelo, Eduardo Cerón, quien realiza un trabajo de investigación de estos sitios, acudieron a inspeccionar la oquedad que está en el patio central de la primaria “Vicente María Velázquez”, ubicada en la calle 64 entre 71 y 73 del centro de Mérida.
Señaló que a pesar de que no se han encontrado túneles bajo la ciudad, que comuniquen un edificio con otro o que salen a otras calles, el mito prevalece: "en la inspección comprobamos que no lleva a ninguna otra parte” el sitio encontrado.
Además, el túnel tiene acabados bien perfilados. Los tres espacios en los que se divide están comunicados por marcos con arcos. El techo tiene forma semicilíndrica y hay ductos que llevan agua al lugar, es decir, que es como una sistema de drenaje de agua de lluvia.
En el sitio es posible ver la mancha que ha dejado el agua, presumiblemente durante la temporada de lluvias intensas, y como ésta no se queda estancada sino que se va al manto freático, existen capas de lodo de hasta 40 centímetros.
“Es un misterio su uso original, hay que investigar qué ha pasado con este lugar y cómo ha cambiado con el paso del tiempo", explicó el investigador Evia Cervantes.
Fuente: Milenio Novedades
