El "Caballero de Fuego" explota una vez más en Nunkiní

25 abril 2017
Nunkiní Campeche, abril de 2017. Una tradición da hace siglos se celebra año con año en Nunkiní, Campeche. Los pobladores confeccionan un muñeco con varas flexibles, buena cantidad de petardos en todo el cuerpo y tres cuartos de kilo de pólvora en la cabeza, para hacerlo estallar en la plaza pública.
Es la representación de un personaje conocido en el pueblo como “El caballero de fuego" o "Dzul li’k’áak” en maya.
También se le conoce como "El caballero de la viruela", debido a que k'áak en maya representa a la viruela, un mal que quema la piel o la hace arder.
Este rito, que ha atraído la atención de investigadores y estudiosos dentro y fuera del país, se celebra dos veces al año, a mediados de noviembte y de abril.
Cuenta la leyenda en boca de los habitantes, que con la llegada de San Diego de Alcalá, el máximo patrono del pueblo, éste realizo uno y el más poderoso de sus milagros sobre la población: acabó con la temida viruela negra, castigo que los habitantes recibían por haber abandonado la milpa y dedicarse a trabajar el henequén con los hacendados españoles.
Para este milagro, San Diego se le apareció a uno de los más reconocidos H'méenes (médicos tradicionales) en sus sueños para pedirle que confeccionaran un muñeco en forma de un hombre español y lo explotaran en la plaza del pueblo. El sacerdote maya cumplió con la orden dada por el santo patrono y la peste dejó de mermar a la población.
Desde entonces, los habitantes de Nunkiní repiten la representación del muñeco para luego estallarlo. Primero, días antes de la fiesta los pobladores de Nunkiní se reúnen para iniciar el armado con lianas y sogas de henequén que emplean a modo de armazón, luego le introducen buena cantidad de petardos y en la cabeza tres cuartos de pólvora, lo cubren con periódico y finalmente lo visten con zapatos, ropa nueva, sombrero y paliacate.
"El caballero de fuego" queda listo y se prepara para recibir ofrendas y la devoción de quienes creen en él como una figura de culto. Los pobladores dejan monedas en su traje o besan sus ropas esperando o pidiendo bienestar.
Durante tres días pasan casa por casa para juntar donativos para la Iglesia y posteriormente, el día domingo proceden a la quema del Dzul o Caballero. Luego lo llevan al punto de salida, donde sus restos serán puestos a disposición de la gente del pueblo que los requiera, pues representa una protección en contra de las enfermedades.
El "Dzul li’k’áak” es una de las figuras mas emblemáticas para los pobladores de Nunkiní, ellos depositan mucho fervor en esta figura que lleva siglos siendo representada una y otra vez, pues simboliza el triunfo de la comunidad maya sobre la viruela negra traída por los españoles, que estuvo a punto de acabar con el pueblo.
Información y fotografías: Francisco Martín.
compartir en facebook compartir en twitter compartir en google+

Visitas

Opinión

Elecciones

Nota Destacada