Noticias de Yucatán
Después del amanecer, un adolescente de 16
años escuchó disparos en el segundo piso de su casa, justo en
la recámara de sus padres.
Cuando entró sus padres, Guadalupe "N" y Sergio
"N", estaban acostados, pero había sangre en sus cuerpos. Parecían
inconscientes. Minutos ante,s la pareja había peleado como otras veces.
Sergio, de 61 años, era un hombre celoso, según lo recuerda su vecino
José.
Incluso tenía mal carácter, era violento. "Si
alguien se estacionaba en su lugar se enojaba”. Se dedicaba a la venta de
coches y hacia otras reparaciones desde su casa.
José, quien tiene una casa igual de grande que en la que
Sergio vivía con su familia, dice que tal vez el hombre estaba deprimido.
Las peleas con su esposa ocho años menor que él, eran comunes. Los gritos de la
pareja solían traspasar las paredes. La última discusión fue el domingo 17,
cuando en una fiesta Guadalupe platicó con otro hombre y Sergio le reclamó.
Cerca de la casa, a una calle, hay una tienda donde
Guadalupe, una mujer de poco más casi 1.60 centímetros, de tez blanca, solía
comprar queso cada tercer día y a la que su hijo de 16 años apenas el jueves
compró una bolsa de papas, un día anterior de que su casa fuera una escena del
crimen.
Enfrente, en el puesto de revistas que está en la esquina
de Bruno Traven, de la colonia General Pedro María Anaya, hay una
mujer que atiende el pequeño negocio.
Ella dice que conocía a la pareja de vista, pero que
nunca supo sus nombres. Hasta hace algunos meses que le compraban revistas pero
dejaron de hacerlo. Para ella, la pareja era amable, y solían conducirse con
respeto hacia los demás.
La casa donde ocurrió todo, donde Guadalupe murió, tiene
el número 114. Enfrente de la casa naranja hay un árbol que tapa casi la mitad
de la fachada. El portón del estacionamiento es negro, pero el acceso hacia la
puerta de la casa está separado de una reja también oscura. Sobre la puerta hay
un buzón improvisado hecho de una caja de cartón. No hay correspondencia, sólo
la publicidad de una tienda departamental.
El policía del sector Portales que vigila la casa hasta
las siete de la noche no fue el primero que llegó a atender la emergencia. El
primer respondiente, como se llama a aquellos paramédicos o uniformados que
llegan por primera vez a auxiliar a la gente, estaba en la Coordinación
Territorial de Benito Juárez como a las 14:00 horas, notificando a las
autoridades sobre lo que encontró esa mañana. La casa permanecerá cerrada hasta
que el Ministerio Público diga lo contrario.
“Él [Sergio] tenía delirios de persecución, estaba
medicado”, dice uno de los vecinos. “Lo único que sabemos es que discutieron y
él le disparó”. El adolescente de 16 años pudo haberse encerrado en su cuarto
cuando escuchó que sus padres, una vez más, discutían.
Cuando los policías llegaron a la casa encontraron los
cuerpos de Sergio y Guadalupe sobre la cama; el hombre tenía el arma homicida
sobre su pecho. Aún respiraba. Los paramédicos del Escuadrón de Rescate y
Urgencias Médicas lo trasladaron al Hospital Xoco, a 650 metros de ahí; murió
en la clínica. Después de apuntarle a Guadalupe, su segunda esposa, Sergio se
suicidó. El Universal.