Las últimas tenebrosas palabras del asesino de sus propias hijas tras recibir la inyección letal

03 febrero 2018
Noticias de Yucatán

"¿Sigo vivo? Oh, aquí, lo noto", fueron las últimas palabras de John David Battaglia, un estadounidense que el pasado jueves recibió la inyección letal luego de ser condenado a muerte por haber disparado a sangre fría en 2001 a sus dos hijas, Faith y Liberty, de 9 y 6 años, mientras su madre escuchaba por teléfono la aterradora escena.
Antes de ser ejecutado Battaglia, de 62 años, no se disculpó ni mostró remordimientos por el crimen de sus pequeñas.
El homicida, que trabajaba como contador, saludó a su exesposa, Mary Jean Pearle, quien estuvo presente para verlo morir. Al notar su presencia dijo: "Bueno, hola, Mary Jean. Los veré más tarde. Adiós. Adelante, por favor".
Cerró los ojos un momento y, poco después de que se le administrara la inyección letal, miró al capellán a los pies, sonrió y preguntó: "¿Sigo vivo? Oh, aquí, lo noto", expresó en referencia a la solución que le fue suministrada. Pero 22 minutos después falleció. Fue declarado muerto a las 21:40 horas (local) en la prisión de Huntsville, Texas, reportó la prensa estadounidense.
Su ejecución puso fin a una larga batalla legal para salvarle la vida. Se le concedió en dos ocasiones una suspensión para que su competencia mental pudiera ser evaluada, y sus abogados presentaron los últimos esfuerzos el jueves para retrasar la ejecución, sin éxito.

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