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Las actividades primarias (agricultura y ganadería) y, sobre todo, terciarias sustentan la expansión económica en el primer trimestre de 2018.
"El dato va bastante en línea de lo que esperaba", valora Jonathan Heath, analista independiente. "Las actividades terciarias siguen marcando el paso, más allá del buen desempeño de las exportaciones y el consumo de Gobierno: como en todos los últimos años del sexenio, crece en la primera mitad del año y, luego, se frena en la segunda". Según los últimos datos de la balanza comercial, publicados el pasado viernes, las exportaciones subieron en marzo un 10% respecto al mismo mes de 2017. En buena medida ese dato, muy positivo, tiene que ver con el buen momento que atraviesa la economía estadounidense -por mucho el mayor cliente de México- y por el abaratamiento artificial de los productos mexicanos gracias al abaratamiento del peso frente al dólar.
Algo más optimistas se muestran Carlos Serrano, economista jefe de BBVA Bancomer, y Rafael Camarena, analista del Banco Santander especializado en temas macroeconómicos. "Es un dato potente, sobre todo a la vista de las dos fuertes de incertidumbre: la electoral y la comercial, en plena renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC). Muestra un grado importante de resiliencia", apunta el primero. "Los datos son mejores de lo que esperábamos, tanto en términos interanuales como en términos intertrimestrales. Es una señal positiva, conserva la dinámica positiva desde el cuarto trimestre de 2017", subraya Camarena. Más allá del buen comportamiento de las empresas exportadoras, detrás de este optimismo el economista del Santander ve un abanico de factores: la trayectoria a la baja de la inflación -"que va a propiciar una mejora en términos reales"-, el empleo formal -"que sigue creciendo" y el "muy buen primer trimestre" que han vivido los establecimientos comerciales, el mejor termómetro del consumo de las familias. Sus datos apuntan a una expansión anual del PIB del 2,4% para todo el año, ligeramente por encima de la media de las casas de análisis mexicanas.
Las actividades primarias (agricultura y ganadería) y, sobre todo, terciarias sustentan la expansión económica en el primer trimestre de 2018.
La economía mexicana creció un 2,4% en el primer trimestre del año impulsada por los sectores terciario (servicios) y primario (agricultura y ganadería), según las cifras de la oficina estadística publicadas este lunes. La tasa, ya desestacionalizada -descontando los efectos de calendario que influyen en todas las variables económicas-, es ligeramente inferior a la registrada en la primera medición para los tres primeros meses del año anterior (2,9%). Es el último dato de expansión de la economía mexicana que se publica antes de las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio. El Gobierno estima que el PIB repuntará este año entre un 2% y un 3%. En la misma línea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima un crecimiento del 2,3%.
En comparación trimestral -frente a los tres meses inmediatamente anteriores-, entre enero y marzo la economía mexicana creció un 1,1%. Por sectores, las actividades primarias -las más volátiles en las últimas mediciones- repuntaron un 5,1% interanual (0,8% intertrimestral); la industria, la construcción y las actividades mineras y extractivas se mantuvieron estables (0,7% al alza frente al trimestre anterior), lastradas por la declinante producción de petróleo; y los servicios crecieron un 3,1% (1,2% intertrimestral). El peso de este último sector, frente a la escasa importancia relativa de las actividades primarias, lo convierte en el gran motor de la economía mexicana en estos primeros compases del año. Las cifras definitivas de crecimiento del primer trimestre se publicarán a finales de mayo."El dato va bastante en línea de lo que esperaba", valora Jonathan Heath, analista independiente. "Las actividades terciarias siguen marcando el paso, más allá del buen desempeño de las exportaciones y el consumo de Gobierno: como en todos los últimos años del sexenio, crece en la primera mitad del año y, luego, se frena en la segunda". Según los últimos datos de la balanza comercial, publicados el pasado viernes, las exportaciones subieron en marzo un 10% respecto al mismo mes de 2017. En buena medida ese dato, muy positivo, tiene que ver con el buen momento que atraviesa la economía estadounidense -por mucho el mayor cliente de México- y por el abaratamiento artificial de los productos mexicanos gracias al abaratamiento del peso frente al dólar.
Algo más optimistas se muestran Carlos Serrano, economista jefe de BBVA Bancomer, y Rafael Camarena, analista del Banco Santander especializado en temas macroeconómicos. "Es un dato potente, sobre todo a la vista de las dos fuertes de incertidumbre: la electoral y la comercial, en plena renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC). Muestra un grado importante de resiliencia", apunta el primero. "Los datos son mejores de lo que esperábamos, tanto en términos interanuales como en términos intertrimestrales. Es una señal positiva, conserva la dinámica positiva desde el cuarto trimestre de 2017", subraya Camarena. Más allá del buen comportamiento de las empresas exportadoras, detrás de este optimismo el economista del Santander ve un abanico de factores: la trayectoria a la baja de la inflación -"que va a propiciar una mejora en términos reales"-, el empleo formal -"que sigue creciendo" y el "muy buen primer trimestre" que han vivido los establecimientos comerciales, el mejor termómetro del consumo de las familias. Sus datos apuntan a una expansión anual del PIB del 2,4% para todo el año, ligeramente por encima de la media de las casas de análisis mexicanas.
Fuente: El país