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La australiana Emma Carey había soñado durante mucho tiempo con hacer paracaidismo, hasta que en 2013 por fin cumplió su sueño. Sin embargo, el mismo cambió su vida para siempre.
Según informa News.com.au, Emma, que por entonces tenía 20 años, se lanzó en paracaídas desde un avión en Suiza con su instructor. Sin embargo, estado de euforia que vivió en los primeros momentos dio paso a la preocupación cuando notó que algo iba mal.
"Sentí que el paracaídas no estaba sobre nosotros donde debía estar y mi instructor no me estaba respondiendo [...] Me di cuenta de que algo iba realmente mal", contó. Carey recuerda que cuanto más se acercaba al suelo, más pensaba que iba a morir.
Carey pasó cuatro meses en un hospital con graves lesiones en la médula espinal y múltiples fracturas en la pelvis y la mandíbula. A pesar de los pronósticos negativos de los médicos, la joven, que al principio utilizaba silla de ruedas, logró volver a caminar. No obstante, los doctores advierten que podría necesitar nuevamente una silla de ruedas a medida que se haga mayor.
Sin embargo, la joven se mantiene optimista y confiesa que el accidente cambió su vida, ya que, según escribió en su sitio web, "el peor momento" de su vida se convirtió en "lo mejor que jamás me pudo haber ocurrido". Carey vive una vida plena y tiene 114.000 seguidores en Instagram, que encuentran su historia muy inspiradora.
La australiana Emma Carey había soñado durante mucho tiempo con hacer paracaidismo, hasta que en 2013 por fin cumplió su sueño. Sin embargo, el mismo cambió su vida para siempre.
Según informa News.com.au, Emma, que por entonces tenía 20 años, se lanzó en paracaídas desde un avión en Suiza con su instructor. Sin embargo, estado de euforia que vivió en los primeros momentos dio paso a la preocupación cuando notó que algo iba mal.
"Sentí que el paracaídas no estaba sobre nosotros donde debía estar y mi instructor no me estaba respondiendo [...] Me di cuenta de que algo iba realmente mal", contó. Carey recuerda que cuanto más se acercaba al suelo, más pensaba que iba a morir.
Carey pasó cuatro meses en un hospital con graves lesiones en la médula espinal y múltiples fracturas en la pelvis y la mandíbula. A pesar de los pronósticos negativos de los médicos, la joven, que al principio utilizaba silla de ruedas, logró volver a caminar. No obstante, los doctores advierten que podría necesitar nuevamente una silla de ruedas a medida que se haga mayor.
Sin embargo, la joven se mantiene optimista y confiesa que el accidente cambió su vida, ya que, según escribió en su sitio web, "el peor momento" de su vida se convirtió en "lo mejor que jamás me pudo haber ocurrido". Carey vive una vida plena y tiene 114.000 seguidores en Instagram, que encuentran su historia muy inspiradora.