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El equilibrista ruso Rasul Abakarov cruzó el río Nevá en la ciudad rusa de San Petersburgo caminando por una cuerda floja sobre un puente levadizo abierto. El espectáculo, que la multitud observó conteniendo la respiración, se llevó a cabo en el centro de la ciudad sobre el Puente del Palacio (Dvortsoviy Most, en ruso) este sábado durante la celebración del 315.º aniversario de la fundación de la ciudad.
Abakarov admitió que la idea se le ocurrió cuando una noche se quedó atrapado en una parte de la ciudad, en la Isla Vasílievski, debido al puente abierto, informa RIA Novosti. La Isla Vasílievski es una parte de San Petersburgo, rodeada por el río y conectada con el continente a través dos puentes: el Puente del Palacio y el Puente Blagovéshchensky.
Sin embargo, en la temporada de abril a noviembre los puentes se abren para que los barcos puedan pasar sin hacer daño a la construcción, especialmente por la noche, cuando permanecen abiertos durante unas horas. Así, si una persona está en la Isla tras la apertura no podrá salir hasta que el puente no se cierre, que fue lo que le ocurrió a Abakarov.
Según el alambrista, la preparación del desafío duró alrededor de dos meses y solo realizó un ensayo. (RT).
El equilibrista ruso Rasul Abakarov cruzó el río Nevá en la ciudad rusa de San Petersburgo caminando por una cuerda floja sobre un puente levadizo abierto. El espectáculo, que la multitud observó conteniendo la respiración, se llevó a cabo en el centro de la ciudad sobre el Puente del Palacio (Dvortsoviy Most, en ruso) este sábado durante la celebración del 315.º aniversario de la fundación de la ciudad.
Abakarov admitió que la idea se le ocurrió cuando una noche se quedó atrapado en una parte de la ciudad, en la Isla Vasílievski, debido al puente abierto, informa RIA Novosti. La Isla Vasílievski es una parte de San Petersburgo, rodeada por el río y conectada con el continente a través dos puentes: el Puente del Palacio y el Puente Blagovéshchensky.
Sin embargo, en la temporada de abril a noviembre los puentes se abren para que los barcos puedan pasar sin hacer daño a la construcción, especialmente por la noche, cuando permanecen abiertos durante unas horas. Así, si una persona está en la Isla tras la apertura no podrá salir hasta que el puente no se cierre, que fue lo que le ocurrió a Abakarov.
Según el alambrista, la preparación del desafío duró alrededor de dos meses y solo realizó un ensayo. (RT).