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Estados Unidos.- Olga Hernández, quien prefiere no dar su nombre verdadero para evitar eventuales represalias, narró que su pequeño hijo no la reconoció luego que las autoridades migratorias de Estados Unidos se lo arrebataran.
Fueron casi nueve meses los que estuvo el bebé separado de su familia, hecho que se suma a la polémica reciente de los niños que se encontraron en "jaulas" en los centros de detención migratoria.
"Él cuando me vio no me reconoció, estaba como asustado y yo le decía: 'mi amor, ¿no me reconoces?'. Y él solo me miraba, con sus grandes ojos, se me quedaba mirando como diciendo: '¿Qué pasa, un día me dejan y ahora aparecen?", narró la madre a la agencia Efe.
La travesía de Olga, su esposo y dos hijos, comenzó el 8 de octubre del 2017 cuando dejaron El Salvador hacia Estados Unidos , previa escala en México . Fue ahí donde el pequeño enfermó y decidieron que el padre y el bebé se adelantaran, sin presagiar que los separarían.
El padre y el bebé de 14 meses de nacido llegaron el 12 de noviembre de 2017 a uno de los puestos de entrada en USA y solicitaron formalmente asilo, pero se toparon con una sorpresa: los agentes les dijeron que no traían suficientes documentos para probar su parentesco y que, por tanto, debían ser separados.
Olga, en ese momento en México, emprendió el viaje a USA y el 28 de diciembre se presentó con su otro hijo en un puesto fronterizo, fueron detenidos un tiempo, luego liberados y finalmente se trasladaron a Los Ángeles donde requirió la custodia de su bebé y, tras un “fastidioso” proceso, finalmente logró el reencuentro.
El encuentro ocurrió en febrero pasado, en el aeropuerto de Los Ángeles después de que el bebé fuera encerrado durante 85 días en un albergue en Los Fresnos, Texas .
La familia de Olga está actualmente tramitando una petición de asilo para poder quedarse en Estados Unidos y alejarse de la violencia de las pandillas en El Salvador . "Me daba miedo de que mataran a uno de los dos o que los niños se criaran sin su papá o su mamá. Y que se criaran en un ambiente tan violento, que no tuvieran infancia, porque no se puede ir a un parque o estar tranquilo fuera de casa por miedo a una balacera", explica.
Olga y su esposo fueron separados de su bebé como consecuencia de la política de "tolerancia cero" en Estados Unidos, que lleva a procesar criminalmente a los adultos que llegan irregularmente, lo que ha provocado la separación de familias porque los niños no pueden ser privados de libertad durante largos periodos de tiempo.
Oficialmente, el Gobierno comenzó a implementar en abril esta política, aunque supuestamente ya desde finales de 2017 las autoridades comenzaron a dividir familias en algunas partes de la frontera.
- El pequeño fue separado de su familia a los 14 meses de edad
Estados Unidos.- Olga Hernández, quien prefiere no dar su nombre verdadero para evitar eventuales represalias, narró que su pequeño hijo no la reconoció luego que las autoridades migratorias de Estados Unidos se lo arrebataran.
Fueron casi nueve meses los que estuvo el bebé separado de su familia, hecho que se suma a la polémica reciente de los niños que se encontraron en "jaulas" en los centros de detención migratoria.
"Él cuando me vio no me reconoció, estaba como asustado y yo le decía: 'mi amor, ¿no me reconoces?'. Y él solo me miraba, con sus grandes ojos, se me quedaba mirando como diciendo: '¿Qué pasa, un día me dejan y ahora aparecen?", narró la madre a la agencia Efe.
La travesía de Olga, su esposo y dos hijos, comenzó el 8 de octubre del 2017 cuando dejaron El Salvador hacia Estados Unidos , previa escala en México . Fue ahí donde el pequeño enfermó y decidieron que el padre y el bebé se adelantaran, sin presagiar que los separarían.
El padre y el bebé de 14 meses de nacido llegaron el 12 de noviembre de 2017 a uno de los puestos de entrada en USA y solicitaron formalmente asilo, pero se toparon con una sorpresa: los agentes les dijeron que no traían suficientes documentos para probar su parentesco y que, por tanto, debían ser separados.
Olga, en ese momento en México, emprendió el viaje a USA y el 28 de diciembre se presentó con su otro hijo en un puesto fronterizo, fueron detenidos un tiempo, luego liberados y finalmente se trasladaron a Los Ángeles donde requirió la custodia de su bebé y, tras un “fastidioso” proceso, finalmente logró el reencuentro.
El encuentro ocurrió en febrero pasado, en el aeropuerto de Los Ángeles después de que el bebé fuera encerrado durante 85 días en un albergue en Los Fresnos, Texas .
La familia de Olga está actualmente tramitando una petición de asilo para poder quedarse en Estados Unidos y alejarse de la violencia de las pandillas en El Salvador . "Me daba miedo de que mataran a uno de los dos o que los niños se criaran sin su papá o su mamá. Y que se criaran en un ambiente tan violento, que no tuvieran infancia, porque no se puede ir a un parque o estar tranquilo fuera de casa por miedo a una balacera", explica.
Olga y su esposo fueron separados de su bebé como consecuencia de la política de "tolerancia cero" en Estados Unidos, que lleva a procesar criminalmente a los adultos que llegan irregularmente, lo que ha provocado la separación de familias porque los niños no pueden ser privados de libertad durante largos periodos de tiempo.
Oficialmente, el Gobierno comenzó a implementar en abril esta política, aunque supuestamente ya desde finales de 2017 las autoridades comenzaron a dividir familias en algunas partes de la frontera.