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Habitantes de Chenalhó arrojaron basura dentro de la alcaldía de ese municipio en protesta por la suspensión del servicio local de limpia hace unas semanas.
Lugareños informaron que las personas se organizaron en varios vehículos, incluida la camioneta que le arrebataron al juez de paz y conciliación indígena, Moisés Pérez Arias, y acarrearon los desechos para arrojarlos en el interior de la sede del ayuntamiento.
A decir de los inconformes, el servicio de limpia fue suspendido hace dos meses y la basura se amontonaba en la vía pública, generando malos olores y focos de infección.
Uno de los habitantes aseguró que, por la falta de atención de la alcaldesa, Rosa Pérez Pérez (PVEM), la gente se organizó el lunes y trasladó la basura a la sede del gobierno municipal.
Los tzotziles rompieron vidrios y “abrieron puertas” para introducir la basura en la oficina de la alcaldesa y otras áreas del inmueble.
El problema se agudizó hace unos meses, pues el dueño del terreno que funcionaba como basurero, que es un militante del PRI, se opuso a que continuará como espacio de desechos.
Por ello, la basura fue dejada en la calle, pero la población elevó la protesta y el lunes la arrojó a la alcaldía para reprochar lo que califican como “falta de responsabilidad institucional de la alcaldesa Pérez”.
Habitantes de Chenalhó arrojaron basura dentro de la alcaldía de ese municipio en protesta por la suspensión del servicio local de limpia hace unas semanas.
Lugareños informaron que las personas se organizaron en varios vehículos, incluida la camioneta que le arrebataron al juez de paz y conciliación indígena, Moisés Pérez Arias, y acarrearon los desechos para arrojarlos en el interior de la sede del ayuntamiento.
A decir de los inconformes, el servicio de limpia fue suspendido hace dos meses y la basura se amontonaba en la vía pública, generando malos olores y focos de infección.
Uno de los habitantes aseguró que, por la falta de atención de la alcaldesa, Rosa Pérez Pérez (PVEM), la gente se organizó el lunes y trasladó la basura a la sede del gobierno municipal.
Los tzotziles rompieron vidrios y “abrieron puertas” para introducir la basura en la oficina de la alcaldesa y otras áreas del inmueble.
El problema se agudizó hace unos meses, pues el dueño del terreno que funcionaba como basurero, que es un militante del PRI, se opuso a que continuará como espacio de desechos.
Por ello, la basura fue dejada en la calle, pero la población elevó la protesta y el lunes la arrojó a la alcaldía para reprochar lo que califican como “falta de responsabilidad institucional de la alcaldesa Pérez”.
Fuente: El universal