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La Fiscalía General de Justicia de Chihuahua, donde vive María Guadalupe, la sentenció por homicidio en riña en carácter de provocado, a pesar de que declaró que solo se estaba defendiendo, cuando su pareja, el abogado Carlos Alberto Balderas Castañeda, la amenazaba con una pistola.
Después de estar dos años y nueve meses en prisión, María Guadalupe Pereda fue absuelta y está libre. “Si las juezas de su caso hubieran considerado la legítima defensa desde el principio, no tendrían que haberla vinculado a proceso”, dice la abogada, Imelda Marrufo, coordinadora general de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, asociación civil que acompañó la defensa de la joven.
La Fiscalía General de Justicia de Chihuahua, donde vive María Guadalupe, la sentenció por homicidio en riña en carácter de provocado, a pesar de que declaró que solo se estaba defendiendo, cuando su pareja, el abogado Carlos Alberto Balderas Castañeda, la amenazaba con una pistola.
El 14 de octubre de 2015, la joven, de entonces 19 años, hirió al abogado, de 38 años, cuando forcejeaban con el arma, ésta se disparó y fue él quien resultó herido. Murió en el hospital una hora más tarde.
Las juezas, Emma Terán Murillo, Catalina Ochoa y Elizabeth Villalobos Loya, con voto a favor de las dos últimas, la sentenciaron a tres años de prisión. María Guadalupe pasó dos años y ocho meses en el Centro femenil de Reinserción Social, número 2, en Cuidad Juárez, Chihuahua.
Hoy, los magistrados, en segunda instancia, Marco Tulio Cano, Ricardo Fernández Ramírez y Yasel Villanueva determinaron que durante el proceso, las dos juezas tuvieron elementos para considerar la legítima defensa, como: el contexto de violencia que María Guadalupe vivía con su pareja y que ese contexto la puso en peligro de muerte el día de los hechos; sin embargo no lo hicieron.
“Los magistrados sí consideraron esos elementos. También una pericial psicológica que nosotros propusimos de un mismo perito de la fiscalía y la opinión de la testigo Rosina Uranga, experta en violencia de género y trabajo con agresores”, explica Marrufo.
Además, los magistrados determinaron que, tal como lo alegó la defensa de María Guadalupe, uno de los peritajes que las juezas consideraron carecía de elementos sólidos de preparación. “El perito había declarado que lo hizo de un día para otro y en un momento procesal que ya no correspondía porque había terminado la etapa de investigación”.
María Guadalupe acaba de salir del Cereso No. 2 y está con su familia. La Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez continuará pidiendo que las fiscalías generales del país, encargadas de atender los casos de mujeres acusadas de homicidio, tengan unidades de investigación de género, para que los procesos se hagan bajo esta perspectiva y evitar así la repetición de casos como el de María Guadalupe.
En cuanto a las juezas, Marrufo señala que es importante que desde el poder judicial se revisen este tipo de casos. “Ellos tendrán que determinar si hubo un problema de falta de apreciación de los elementos y si se cometieron errores graves para emitir una sentencia justa”. (Animal Político).
La Fiscalía General de Justicia de Chihuahua, donde vive María Guadalupe, la sentenció por homicidio en riña en carácter de provocado, a pesar de que declaró que solo se estaba defendiendo, cuando su pareja, el abogado Carlos Alberto Balderas Castañeda, la amenazaba con una pistola.
Después de estar dos años y nueve meses en prisión, María Guadalupe Pereda fue absuelta y está libre. “Si las juezas de su caso hubieran considerado la legítima defensa desde el principio, no tendrían que haberla vinculado a proceso”, dice la abogada, Imelda Marrufo, coordinadora general de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, asociación civil que acompañó la defensa de la joven.
La Fiscalía General de Justicia de Chihuahua, donde vive María Guadalupe, la sentenció por homicidio en riña en carácter de provocado, a pesar de que declaró que solo se estaba defendiendo, cuando su pareja, el abogado Carlos Alberto Balderas Castañeda, la amenazaba con una pistola.
El 14 de octubre de 2015, la joven, de entonces 19 años, hirió al abogado, de 38 años, cuando forcejeaban con el arma, ésta se disparó y fue él quien resultó herido. Murió en el hospital una hora más tarde.
Las juezas, Emma Terán Murillo, Catalina Ochoa y Elizabeth Villalobos Loya, con voto a favor de las dos últimas, la sentenciaron a tres años de prisión. María Guadalupe pasó dos años y ocho meses en el Centro femenil de Reinserción Social, número 2, en Cuidad Juárez, Chihuahua.
Hoy, los magistrados, en segunda instancia, Marco Tulio Cano, Ricardo Fernández Ramírez y Yasel Villanueva determinaron que durante el proceso, las dos juezas tuvieron elementos para considerar la legítima defensa, como: el contexto de violencia que María Guadalupe vivía con su pareja y que ese contexto la puso en peligro de muerte el día de los hechos; sin embargo no lo hicieron.
“Los magistrados sí consideraron esos elementos. También una pericial psicológica que nosotros propusimos de un mismo perito de la fiscalía y la opinión de la testigo Rosina Uranga, experta en violencia de género y trabajo con agresores”, explica Marrufo.
Además, los magistrados determinaron que, tal como lo alegó la defensa de María Guadalupe, uno de los peritajes que las juezas consideraron carecía de elementos sólidos de preparación. “El perito había declarado que lo hizo de un día para otro y en un momento procesal que ya no correspondía porque había terminado la etapa de investigación”.
María Guadalupe acaba de salir del Cereso No. 2 y está con su familia. La Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez continuará pidiendo que las fiscalías generales del país, encargadas de atender los casos de mujeres acusadas de homicidio, tengan unidades de investigación de género, para que los procesos se hagan bajo esta perspectiva y evitar así la repetición de casos como el de María Guadalupe.
En cuanto a las juezas, Marrufo señala que es importante que desde el poder judicial se revisen este tipo de casos. “Ellos tendrán que determinar si hubo un problema de falta de apreciación de los elementos y si se cometieron errores graves para emitir una sentencia justa”. (Animal Político).