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Linda Marquardt soportó el paso del huracán Michael junto a su esposo en su casa de Mexico Beach. Cuando el agua del mar llenó la vivienda, la pareja subió a la planta alta buscando salvaguardarse. Ahora el inmueble está lleno de lodo y toda su comunidad de la franja del noroeste de Florida quedó devastada.
Los barcos de pesca quedaron tirados como si fueran juguetes, los techossalieron volando y los pinos se rompieron como si fueran delgadas ramas ante los vientos de casi 250 kilómetros por hora que azotaron este lugar conocido como Pandhandle.
Las casas a la orilla de la playa quedaron tan destrozadas por el ciclón que sólo quedan losas de concreto en la arena. Ahora sólo queda eso como recuerdo de lo que fue la zona cero, antes de que el devastador huracán de categoría 4 azotara a mediados de esta semana.
La destrucción en esta y otras playas antes paradisíacas es catastrófica, y se necesitarán miles de millones de dólares para su reconstrucción.
Todos mis muebles estaban flotando. Un río bajaba por la calle. Fue horrible, y ahora ya no queda nada”, relató Marquardt, de 67 años.
Se han atribuido al menos once muertes a Michael, el huracán más poderosoen tocar tierra en Estados Unidos en más de 50 años, y en la madrugada del viernes aún no había acabado: convertido en tormenta tropical desde poco después de llegar a la costa el miércoles, barría el suroeste dejando fuertes lluvias y provocando inundaciones repentinas en zonas tan lejanas a Florida como Virginia.
Los fuertes vientos, los árboles derribados, las calles inundadas por las crecidas y los rescates a conductores atrapados en autos inundados se repitieron en Virginia y en la vecina Carolina del Norte.
En total, más de 900 mil viviendas y negocios de Florida, Alabama, Georgia y las Carolinas estaban sin luz.
Mientras, miles de soldados de la Guardia Nacional, policías y equipos de rescatistas tenían mucho trabajo por hacer aún en la zona más afectada: el Panhandle de Florida.
Linda Marquardt soportó el paso del huracán Michael junto a su esposo en su casa de Mexico Beach. Cuando el agua del mar llenó la vivienda, la pareja subió a la planta alta buscando salvaguardarse. Ahora el inmueble está lleno de lodo y toda su comunidad de la franja del noroeste de Florida quedó devastada.
Los barcos de pesca quedaron tirados como si fueran juguetes, los techossalieron volando y los pinos se rompieron como si fueran delgadas ramas ante los vientos de casi 250 kilómetros por hora que azotaron este lugar conocido como Pandhandle.
Las casas a la orilla de la playa quedaron tan destrozadas por el ciclón que sólo quedan losas de concreto en la arena. Ahora sólo queda eso como recuerdo de lo que fue la zona cero, antes de que el devastador huracán de categoría 4 azotara a mediados de esta semana.
La destrucción en esta y otras playas antes paradisíacas es catastrófica, y se necesitarán miles de millones de dólares para su reconstrucción.
Todos mis muebles estaban flotando. Un río bajaba por la calle. Fue horrible, y ahora ya no queda nada”, relató Marquardt, de 67 años.
Se han atribuido al menos once muertes a Michael, el huracán más poderosoen tocar tierra en Estados Unidos en más de 50 años, y en la madrugada del viernes aún no había acabado: convertido en tormenta tropical desde poco después de llegar a la costa el miércoles, barría el suroeste dejando fuertes lluvias y provocando inundaciones repentinas en zonas tan lejanas a Florida como Virginia.
Los fuertes vientos, los árboles derribados, las calles inundadas por las crecidas y los rescates a conductores atrapados en autos inundados se repitieron en Virginia y en la vecina Carolina del Norte.
En total, más de 900 mil viviendas y negocios de Florida, Alabama, Georgia y las Carolinas estaban sin luz.
Mientras, miles de soldados de la Guardia Nacional, policías y equipos de rescatistas tenían mucho trabajo por hacer aún en la zona más afectada: el Panhandle de Florida.