Durante el pasado mes de noviembre, investigadores del Instituto de Ciencia Física Hefei, de la Academia China de Ciencias (CASHIPS), anunciaron el inicio de una historia que podría terminar con un futuro en el que la obtención ilimitada de energía limpia esté fácilmente al alcance de las manos humanas.
Se trataba del reactor experimental de Superconducción de Tokamak (EAST), una especie de “Sol artificial”, capaz de reproducir el proceso de fusión nuclear del astro rey para obtener energía. Ahora, estos mismos científicos han comunicado que aquel dispositivo, que en sus primeras pruebas llegó a alcanzar los 100 millones de grados Celsius, tiene ya una fecha aproximada de lanzamiento, que tendrá lugar a lo largo de este año.
El pasado domingo, el funcionario de la Corporación Nuclear Nacional de China Duan Xuru anunció durante la sesión anual de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino que la construcción del reactor, al que han bautizado como HL-2M Tokamak, finalizará durante este año.
La fusión nuclear es un proceso mediante el cual los núcleos de varios átomos se unen, formando un núcleo más pesado, en un proceso en el que se libera o se absorbe una gran cantidad energía, en función de la masa de los núcleos. Si son más ligeros que el hierro, se desprenderá, mientras que si son más pesados, se absorberá. Este es un fenómeno que se da en el interior de estrellas como el Sol, en el que se fusionan los núcleos de átomos de hidrógeno para generar energía. Además, durante el proceso se produce lo que se conoce como un “calentamiento del plasma”, que será mayor cuanto más alta sea la cantidad de energía generada.
Al contrario que la fisión nuclear, empleada en muchas plantas de obtención de energía, se trata de un proceso limpio, en el que no se generan residuos tóxicos, de ahí que el objetivo sea sustituir una por la otra, para evitar daños colaterales.
Por eso, científicos chinos llevan años tratando de imitar este procedimiento en un “Sol artificial”, capaz de obtener aún más energía que el real. De hecho, según los datos comunicados en noviembre, el primer prototipo había logrado alcanzar temperaturas plasmáticas de 100 millones de grados centígrados, lo que supone siete veces más que el propio Sol, que solo llega hasta los 15 millones.
Aunque no hay fecha exacta, parece ser que ya en 2019 terminará de construirse el reactor. Solo un año después, se planea también poner en marcha la Luna artificial con la que los chinos pretenden iluminar sus calles. Este último propósito puede ser muy peligroso, por todo lo que implica en lo concerniente a la contaminación lumínica. Sin embargo, la generación del Sol artificial sí que podría ser una gran noticia para la humanidad. Al menos este no pretenden colocarlo en el cielo. Allí, será mejor que los astros se queden como están.