La malaria,
más conocida en México como paludismo, es una enfermedad que se transmite a los
humanos a través de un parásito portado por los mosquitos hembra de la especie
Anopheles. Una vez que el parásito se aloja en el cuerpo se desarrolla y
multiplica en el hígado afectando después los glóbulos rojos.
Es
importante que se sepa reconocer los síntomas de esta infección: fiebre, dolor
de cabeza y escalofríos, para poder
recibir un tratamiento a tiempo. Estos suelen aparecer entre 10 y 15 días
después de la picadura.
Es
importante recalcar que dichos síntomas se pueden confundir con los de otra
enfermedad, pero el la malaria tiene la particularidad de provocar fiebres cada
tres días, acompañada de intenso sudor, color amarillento en la piel debido a
la destrucción de los glóbulos rojos.
Al ser una
enfermedad transmitida a través de los mosquitos se puede prevenir:
Evitando la
proliferación de estos insectos
Usar ropa
protectora (de manga larga)
Detectar y
evitar exponerse a los mosquitos en las horas de mayor afluencia de ellos que
es por lo regular durante la noche.
Usa
repelentes contra moscos.
La medida
más eficaz es mantener los patios limpios y libres de posibles criaderos de
mosquitos y colocar mallas protectoras (mosquiteras) en ventanas y puertas del
domicilio. Además se recomienda el control químico: sólo se recomienda en caso
de brotes o posterior a desastres naturales. Se aplican larvicidas y/o adulticidas
químicos o biológicos.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se calcula que en 2016 hubo 216 millones de casos de malaria o paludismo en 91 países, lo que significa un aumento de aproximadamente 5 millones con respecto a 2015. Las muertes por paludismo fueron 445 mil, cifra similar a la de 2015 cuando se presentaron 446 mil muertes por paludismo en el mundo.
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