A Neymar los nervios le han vuelto a jugar una mala pasada
este año, y van unas cuantas, lo que le acerca a una nueva suspensión tras
agredir a un aficionado el sábado después de perder la final de la Copa de
Francia frente al Rennes.
En el dique seco buena parte de la temporada por una recaída
en su lesión en un pie, la estrella brasileña ya ‘patinó’ como espectador
en la eliminación del Paris Saint-Germain de la Liga de Campeones ante el
Manchester United en marzo.
Sus críticas al árbitro en Instagram le valieron tres
partidos de suspensión por parte de la UEFA, que deberá cumplir la próxima
campaña.
Pero su incidente del sábado con un aficionado del Rennes,
que le espetó “aprende a jugar al fútbol” mientras subía por las escaleras del
Estadio de Francia para recoger su medalla, lo coloca de nuevo en el
disparadero y en puertas de una sanción más dura.
Si la comisión de disciplina de la Federación entiende en su
reunión del jueves que Neymar propinó un golpe al espectador, aun sin
ocasionarle heridas (artículo 1-13), podrían caerle hasta ocho partidos.
Si los jueces son más benevolentes y aprecian que hubo una
tentativa de agresión pero que ésta no se consumó (artículo 1-11), el castigo
podría ser de cinco encuentros.
Sin embargo, como informa este lunes el diario
“L’Équipe”, la estrategia del club ha ido dirigida desde el inicio a
demostrar que Neymar sufrió una provocación previa, lo que debería de
servir como atenuante y aligerar la pena.
En cualquier caso, los improperios dirigidos al brasileño no
fueron los únicos recibidos por los jugadores del PSG. Y el resto no respondió
de la misma forma.
El espectador, supuestamente identificado como amigo de un
jugador del Rennes, llamó “sucio bufón” al portero Gigi Buffon o “racista”
a Marco Verratti cuando pasaban a su lado, como quedó registrado en un vídeo
tomado por él mismo con su móvil.
Pase lo que pase, no resulta complicado pensar que la
temporada puede haber terminado para Neymar, con cinco partidos restantes y el
título de la Ligue 1 ya en manos de su equipo.
De hecho, según “L’Équipe”, al PSG le interesa que su
expediente se resuelva lo antes posible, para que pueda cumplir su sanción
antes de que termine una temporada que Neymar no recordará con especial cariño.
El último en censurar su acción fue este lunes su
entrenador, Thomas Tuchel, que dijo en rueda de prensa que “no es posible hacer
eso” aunque se haya sufrido una provocación.
“No me ha gustado nada”, dijo el alemán, que ve cómo su
buena estrella en París ha comenzado a apagarse tras la eliminación en
Europa y la humillante derrota por penaltis en la Copa de Francia contra el
Rennes.
Tuchel entendió que “no es fácil subir los peldaños tras una
derrota”, también para él mismo, pero insistió en que tras una derrota “hay que
ser respetuoso”.
De poco le sirvieron a Neymar las excusas que presentó a
través de las redes sociales tras cometer su imprudente acción, en las que
además trató de justificar su comportamiento.
“¿Actué mal? Sí. Pero nadie puede quedar indiferente” ante
los insultos, señaló el delantero en su cuenta de Instagram.
Los medios en Francia se preguntan por el motivo de esas
salidas de tono de Neymar, que evidencian el momento frágil que sufre un
jugador que nunca ha llegado a congeniar del todo con la afición parisina.
Si en su primera temporada fue la tensión soterrada que
vivió con el uruguayo Edinson Cavani, ídolo de la hinchada del PSG, en esta
segunda se ha visto opacado por el emergente Mbappé.
En ambos cursos, además, tuvo que vérselas con su inoportuna
lesión en el quinto metatarsiano del pie derecho, que este año lo mantuvo
alejado de los terrenos tres meses, desde finales de enero hasta hace una
semana.
La ausencia del césped no le sienta bien al exjugador del
Barcelona, que este año también fue noticia por aparecer bailando en el
carnaval carioca poco después de abandonar las muletas por su lesión.