Aunque no lo creas, entrenó a su perro para repartir comida

27 septiembre 2019
Noticias de Yucatán. 

 Guanajuato – Tres años atrás, Gerardo Gaitán recogió a un perro abandonado en las calles, lo adoptó y lo llamó Nokros. Hoy, el can sube a la moto de su dueño cada día a hacerle compañía en su labor como repartidor de comida, y así evitar quedarse solo en casa.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Gerardo señaló que le rompía el corazón dejar a Nokros solo tantas horas cuando él salía a entregar los pedidos, por lo que ideó la manera de que éste pudiera venir con él. “Investigué y vi que los perros se estresan mucho si los dejas solos por un largo tiempo así que adapté la moto y lo traje conmigo”, contó el guanajuatense.

Llevar a Nokros abordo, le ha traído ciertas ventajas a Gerardo, ya que, de acuerdo con el dueño, el can le ha ayudado a evitar algunos asaltos. “Él es un perro muy noble y listo, y detecta cuando alguien no tiene buenas intenciones. En dos o tres ocasiones se puso muy alerta por unas personas cerca de nosotros y cuando ya nos iban a hacer algo, aceleré más rápido y logramos escapar” cuenta el repartidor.

No obstante, también ha enfrentado algunas dificultades desde que su fiel amigo está al volante: “Primero los restaurantes no dejaban que entrara Nokros a recoger el pedido, así que tuve que enseñarle a esperarme en la moto. Otro día, saltó de la moto porque un tráiler pasó y el ruido lo espantó, pero no pasó a mayores; ya le enseñé a no tenerle miedo a los ruidos fuertes”. 

Imágenes de Gerardo y Nokros a bordo de la motocicleta, captadas por conductores y transeúntes de la colonia San Juanico en Celaya y difundidas por la página Trending Celaya, se han vuelto virales en las últimas horas y han generado debate entre los cibernautas, pues aunque a la gran mayoría les enternece ver al can como repartidor, a otros les preocupa su seguridad.

Al respecto, el dueño de Nokros dijo que el perrito ya cuenta con un casco, pero que le gustaría encontrar uno más adecuado a su tamaño; “también le adapté unos lentes de seguridad y un chalequito reflejante” explicó Gerardo.

Aunque el joven dijo que en ocasiones resulta incómodo para su espalda que Nokros lo acompañe a entregar pedidos, aceptó que prefiere eso a saber que su perro está sufriendo esperándolo tantas horas en su casa. “Es ayuda mutua, yo lo cuido, y él me cuida” dijo el oriundo de Guanajuato.

Con información de El Universal 


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