Noticias de Yucatán
En la ciudad estadounidense de Chicago, Melo Hairapetian, de 45 años, tuvo la fatalidad de perder un dedo cuando estaba cortando un árbol, informa WGN9. Tropezó, su chaqueta quedó atrapada en la sierra, la cual tiró de su mano hasta que esta acabó en la cuchilla giratoria. El pulgar del hombre quedó seccionado. Además, el meñique de la misma mano, que apenas colgaba de una tira de tejido intacto en el momento del accidente, tuvo que serle amputado.
Ahí empezó una carrera contrarreloj. Los médicos trataron de salvar su pulgar, pero no fue posible porque el dedo y la articulación estaban demasiado dañados.
Hairapetian empezó entonces un plan B. Transcurridos unos meses, decidió sustituir el pulgar perdido con uno de los dedos de un pie.
"Necesitaba un pulgar. No puedes vivir con solo tres dedos en una mano. No puedes hacer nada. No puedes agarrar nada, no puedes cepillarte los dientes, echarte desodorante, abrocharte los botones", explicó Hairapetian.
Relatando su historia, este estadounidense de 45 años recordó que era niño cuando oyó por primera vez hablar de esta cirugía. "Es un procedimiento increíblemente complicado", aseguró Sonya Agnew, cirujana del centro médico de la Universidad Loyola, donde fue operado Hairapetian.
Durante la cirugía, que se prolongó durante 16 horas, dos médicos, Sonya Agnew y Sameer Puri, trabajaron en equipo: uno en el pie del paciente y el otro en la mano, preparando simultáneamente cada área para la delicada transferencia.
A través de imágenes de rayos X es difícil notar la diferencia: el dedo del pie se ve bastante natural como pulgar. Ya que a Hairapetian le dejaron una parte del dedo en el pie, puede mantener el equilibrio sin problemas.
En la ciudad estadounidense de Chicago, Melo Hairapetian, de 45 años, tuvo la fatalidad de perder un dedo cuando estaba cortando un árbol, informa WGN9. Tropezó, su chaqueta quedó atrapada en la sierra, la cual tiró de su mano hasta que esta acabó en la cuchilla giratoria. El pulgar del hombre quedó seccionado. Además, el meñique de la misma mano, que apenas colgaba de una tira de tejido intacto en el momento del accidente, tuvo que serle amputado.
Ahí empezó una carrera contrarreloj. Los médicos trataron de salvar su pulgar, pero no fue posible porque el dedo y la articulación estaban demasiado dañados.
Hairapetian empezó entonces un plan B. Transcurridos unos meses, decidió sustituir el pulgar perdido con uno de los dedos de un pie.
"Necesitaba un pulgar. No puedes vivir con solo tres dedos en una mano. No puedes hacer nada. No puedes agarrar nada, no puedes cepillarte los dientes, echarte desodorante, abrocharte los botones", explicó Hairapetian.
Relatando su historia, este estadounidense de 45 años recordó que era niño cuando oyó por primera vez hablar de esta cirugía. "Es un procedimiento increíblemente complicado", aseguró Sonya Agnew, cirujana del centro médico de la Universidad Loyola, donde fue operado Hairapetian.
Durante la cirugía, que se prolongó durante 16 horas, dos médicos, Sonya Agnew y Sameer Puri, trabajaron en equipo: uno en el pie del paciente y el otro en la mano, preparando simultáneamente cada área para la delicada transferencia.
A través de imágenes de rayos X es difícil notar la diferencia: el dedo del pie se ve bastante natural como pulgar. Ya que a Hairapetian le dejaron una parte del dedo en el pie, puede mantener el equilibrio sin problemas.