La iglesia Ministerios del Valle Imperial, en la comunidad de El Centro, obligaba a 40 indigentes a pedir limosnas durante nueve horas diarias seis días a la semana. Además, los obligaba a entregar lo que recibían en las calles
La iglesia Ministerios del Valle Imperial, en la comunidad
de El Centro, obligaba a 40 indigentes a pedir limosnas durante nueve horas
diarias seis días a la semana. Además, los obligaba a entregar lo que recibían
en las calles.
Tras esto, ayer, la Oficina de Investigaciones Federales
(FBI) arrestó a 12 líderes del templo evangélico acusados de explotación
laboral y financiera.
El procurador federal para la región fronteriza de
California, Robert Brewer, declaró que la iglesia acusada es parte de una red
con 30 unidades afiliadas en México y Estados Unidos.
Con promesas de proporcionar a los indigentes lugares para
dormir y al menos una comida caliente al día, los religiosos quitaban a las
personas sin hogar las tarjetas de asistencia alimenticia que les daba el
gobierno para sobrevivir.
Adicionalmente, retenían todos los documentos que tuvieran
los indigentes.
El FBI detalló que les quitaban licencias de conducir,
pasaportes y documentos de migración.
Es el peor caso de explotación laboral que hemos visto en la
región en muchos años”, señaló Brewer.
Algunas víctimas eran reclutadas en San Diego y Chula Vista
California, donde el clima es principalmente templado a lo largo del año.
Posteriormente, eran trasladadas al Valle Imperial de
California, donde las temperaturas son extremas durante el año, para obligarlos
a necesitar refugio.
Los detenidos, todos con nombres y apellidos hispanos,
podrían enfrentar sentencias de 65 años de prisión, por los delitos de
conspiración, explotación laboral, servidumbre forzada con uso ilegal de
documentos y fraude al sistema federal de asistencia alimenticia.
Hasta ahora, las autoridades desconocen desde cuándo la
iglesia llevaba a cabo esas prácticas.
Estas víctimas estuvieron cautivas, despojadas de sus
humildes recursos financieros, de su identificación fiscal, de su libertad y su
dignidad”, declaró el encargado regional del FBI, Scott Brunner.
En los lugares a los que obligaban a las víctimas a
regresar, las mantenían en cuartos cerrados con ventanas clausuradas.
El caso se conoció cuando una adolescente de 17 años de edad
rompió vidrios y maderas de una ventana para escapar a una casa contigua desde
donde llamó a la policía.
Al ser arrestados, los detenidos se negaban, según dijeron, a cumplir leyes “que no fueran las de Dios”, declararon.