La violencia y el asedio contra los templos católicos de
Nicaragua se disparó el lunes, en medio de la represión del gobierno de Daniel
Ortega a opositores que mantienen huelgas de hambre en dos iglesias para exigir
la liberación de unos 139 “presos políticos”.
Después de que la policía mantuviera todo el día rodeados
los alrededores de la iglesia San Miguel de Masaya (sur) y la catedral de
Managua, donde grupos de opositores ayunan en el marco de la campaña “Navidad
sin presos políticos”, la Arquidiócesis de la capital nicaragüense denunció que
partidarios del gobierno incursionaron con violencia en la catedral.
“Grupos violentos afines al gobierno han ingresado y tomado
el control de la Catedral de Managua. Al ser increpados por el padre Rodolfo
López y sor Arelis Guzmán, estas personas respondieron con violencia” contra
los religiosos, dijo la Arquidiócesis, que preside el cardenal Leopoldo Brenes,
en un comunicado. El sacerdote López y la monja fueron golpeados y tuvieron que
abandonar el templo para resguardarse.
Estos grupos también rompieron los candados del campanario y
otros sitios de la catedral, condenó la iglesia, que consideró lo ocurrido una
“profanación” y llamó al presidente Ortega a respetar los templos católicos. En
las redes sociales circulan vídeos sobre la agresión en los que se ve a un
grupo de jóvenes golpeando en el rostro al sacerdote.
La represión se produjo después que la opositora Unidad
Nacional Azul y Blanco (UNAB), que reúne a 92 grupos, anunciara nuevas acciones
de presión contra el gobierno en el marco de la campaña “Navidad sin presos
políticos”.
La oposición prevé realizar “protestas rápidas,
manifestaciones, huelgas de hambre simultáneas y un paro nacional que
coordinarán con la empresa privada”, afirmó Félix Maradiaga, uno de los
dirigentes de la coalición, en rueda de prensa.
Ortega ha acusado anteriormente a los obispos católicos de
“golpistas” por apoyar a los manifestantes que fueron heridos durante las
protestas antigubernamentales que estallaron en abril del 2018, que el gobierno
atribuyó a un fallido intento de golpe de estado.
HUELGA DE HAMBRE
Once mujeres iniciaron el pasado jueves una huelga de hambre
en la iglesia San Miguel de Masaya para exigir la liberación de los opositores
presos, aunque el gobierno no reconoce que en Nicaragua existan presos por motivos
políticos.
Desde entonces, la policía mantiene sitiada esa parroquia
para impedir el acceso a las huelguistas y las autoridades cortaron el servicio
de agua.
Este lunes, otros nueve opositores se declararon en huelga
de hambre en la catedral de Managua como parte de la misma campaña.
Los uniformados también sitiaron y cortaron el acceso a la
catedral, pero horas después ingresaron con violencia los partidarios del
gobierno.
Fuentes de la oposición confirmaron que los huelguistas
lograron refugiarse en una instalación anexa de la catedral para continuar su
ayuno.
OPOSITORES ACUSADOS
Este mismo lunes, la Fiscalía acusó ante la justicia por
tenencia de armas restringidas a la líder estudiantil de origen belga Amaya
Coppens y a otros 15 opositores que intentaron auxiliar con agua a las mujeres
en ayuno en Masaya.
Los detenidos fueron imputados por “delitos relacionados con
armas de fuego” en perjuicio de la seguridad pública, confirmó a la AFP la
abogada María Oviedo, de la independiente Comisión Permanente de Derechos
Humanos (CPDH). La CPDH informó que 13 de los 16 acusados son miembros de la
UNAB.
Tras una larga audiencia, el juez Cruz Zeledón dictó prisión
preventiva y admitió la acusación contra los 16 opositores, quienes fueron
presentados al tribunal esposados y con el uniforme de prisioneros.
“Esa acusación es infundada, es una falacia, jamás esos
jóvenes se van a atrever a andar con un armamento ilegal”, dijo Oviedo, quien
afirmó que el proceso es parte de una represalia política contra los opositores
al gobierno.
La policía, por su parte, informó que los 16 opositores
fueron capturados el pasado jueves con 12 artefactos explosivos, una escopeta,
tres revólveres y cuatro armas de fuego, y los acusó de pretender cometer
“actos terroristas” en los departamentos de Managua, León y Chinandega
(occidente).
Coppens, de 25 aos, es una de las líderes del movimiento
estudiantil que en abril de 2018 salió a protestar junto a miles de
nicaragüenses contra el gobierno de Ortega, en el poder desde 2007.
La joven, de doble nacionalidad belga y nicaragüense, fue
encarcelada por primera vez en septiembre de 2018, en medio de la represión
contra los manifestantes, que dejó al menos 325 muertos y cerca de 70.000
exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).?En
junio, fue liberada junto a cerca de 500 manifestantes presos, bajo una
polémica ley de amnistía.
Fuente: El Mundo.