Poco antes de las 7 de la mañana, ante un contexto
totalmente atípico, ya que por medidas sanitarias de salud no hubo multitud de visitantes,
el Dios Ak´Kim (Dios maya del Sol) se asomó por el ventanal del Templo de las 7
Muñecas, en Dzibilchaltún.
Como se sabe, en medio de la contingencia que tiene al
mundo de cabeza por el mentado coronavirus, una de las medidas acordadas por
las autoridades sanitarias fue que no haya gente en los equinoccios, misma que
fue acatada por el Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos
de Yucatán (Cultur), que está a cargo de Mauricio Díaz Montalvo.
Durante la madrugada, algunos cuantos que no se enteraron
de la disposición o de plano si ni siquiera saben que no debe haber eventos
masivos, acudieron con la intención de entrar, pero se toparon con grandes mantas
en las que se recordaba que no habría acceso ni al parador ni a la zona arqueológica por disposiciones estatales y federales.
El año pasado, de acuerdo con registros de nuestros
archivos, entraron aproximadamente unas 1,800 personas que se recargaron de
energía con este hermoso fenómeno arqueo-astronómico que combina la sabiduría
maya con la naturaleza.
En esta ocasión, por la medida por la contingencia
sanitaria, habrá entrado cuando mucho unas 12 personas, pero sólo se trato de
medios de comunicación autorizados por el Centro INAH Yucatán.
La naturaleza y la astronomía van más allá de las
cuestiones humanas y la cita con el equinoccio ocurrió como cada año con el
inicio de la primavera.
Compartimos con ustedes el momento, la imagen digna de un cuadro pintado por el más afamado artista de todos los tiempos.
En Chichén Itzá...
Se espera que en Chichén Itzá también, como ayer, haya un ambiente desolado por la falta de visitantes de todo el mundo, y también se espera que el fenómeno se vea pleno ya que el pronóstico del tiempo es de cielo despejado, al menos es lo que se indica.