¿Qué hay de nuevo, viejo?”, es casi imposible leer esta famosa frase sin escuchar la voz de Bugs Bunny, ya sea en inglés o en español, este simpático conejo se atrevió hace exactamente 80 años a competir en popularidad con el mismísimo Mickey Mouse de Walt Disney, desde entonces, Bugs se transformó en el rey de los dibujos animados, porque no solo conquistó a los más pequeños, sino que también dio grandes lecciones a los adultos con su mordaz personalidad.
Bugs Bunnny se lanzó a la fama el 27 de julio de 1940, el personaje de Warner Bros. ha cosechado varios logros y honores durante todos estos años, tiene su propia estrella en el Paseo de la Fama (fue el primer dibujo animado, junto a Mickey, en obtenerla); es el noveno personaje cinematográfico más retratado, según el Libro Guinness de los Récords, y en 2013 se convirtió en el personaje animado en aparecer en más películas, en total 175. Ahora, el famoso conejo celebra su cumpleaños 80, tan vivo como siempre, convertido en uno de esos personajes transgeneracionales que nunca pasan de moda.
Y aunque la televisión ha evolucionado, ni la tecnología de última generación ha podido recrear el cinismo y la mordacidad inteligentes de Bugs Bunny, un clásico de los dibujos animados. Su show cruzó con éxito la frontera de la televisión y consiguió convertirse en una de las referencias más inmediatas de Warner Bros, sin duda su éxito también tiene que ver con la voz que sus creadores le asignaron para darle vida. En Estados Unidos el encargado fue Mel Blanc, quien consiguió el peculiar registro del conejo, en México, el actor Jorge Arvizu fue el primero en interpretarlo, dándole al personaje una personalidad única y diálogos distintivos.
Bugs Bunny pronunció esa célebre frase casi desde su lanzamiento, porque en su primera aparición en un cortometraje, emergió de su madriguera para decir: “¿Qué hay de nuevo, viejo?”, a Elmer Gruñón. Era la primera vez, también, que cazador y conejo se veían las caras.
Aún así, Bugs Bunny ya había hecho sus pinitos en el mundo de la animación un par de años antes, solo que con otro nombre, Happy Rabbit, el Conejo de la Suerte. Por eso, su aniversario se celebra cuando la criatura diseñada por Tex Avery debuta como protagonista el 27 de julio de 1940 en “A Wild Hare”.
Desde entonces, su popularidad no hizo sino aumentar, y terminó siendo la estrella principal de la serie “Merrie Melodies”, pese a que inicialmente estaba pensada para que cada personaje apareciera una única vez, y posteriormente de los “Looney Tunes”. Y es que la personalidad desafiante y burlona de Bugs, cautivó al público. El carismático conejo debe este exitoso genio a varias inspiraciones, entre ellas la del rey de la comedia Charles Chaplin, en quien inspiraron el carácter de Bugs Bunny y muchas de sus posturas. Asimismo, su clásica pose con la zanahoria es un guiño a Clark Gable, quien la interpretó en una escena de “It Happened One Night” (1934).
Bugs también tiene inspiración de otro maestro del humor, Groucho Marx, a quien pertenecen algunos gestos del conejo. El personaje, aunque caricatura y animal, está tan humanizado que, incluso, tiene todo tipo de relaciones: enemigos, una mejor amistad con el Pato Lucas (quien empezó siendo también un rival), y hasta vive su propio romance con Lola Bunny, la heroína femenina del filme de 1996 “Space Jam”; quien, además, fue una revolución feminista e inspiró a las niñas con el deporte y con su frase también célebre: “No me llames muñeca”.
En la última década, el show en el que más popular se hizo, volvió a nacer en una nueva versión, “The Looney Tunes Show” en 2011. Y en 2015 y con una nueva imagen protagonizó otra serie de televisión llamada “Wabbit”, posteriormente conocida como “New Looney Tunes” y la película “Looney Tunes: Rabbits Run“.
Curiosamente, Bugs Bunny ha recibido, incluso, algunas alabanzas dentro de la comunidad LGTB+ y concretamente de la gente transgénero, por su tendencia a aparecer vestido de personajes femeninos. Porque, si bien este colectivo considera necesaria e ideal una representación de personajes propiamente “trans” (interpretados a ser posible por actores también transgénero si son obras de live-action), esos referentes no abundan.
Y más en la época de historiadoras como Susan Stryker, mujer transgénero que, en el documental “Disclosure” de Netflix (reflexiona sobre la imagen de las personas “trans” en el cine y la televisión), afirmó: “Crecí en los sesenta y vi cantidad de programas de televisión y películas. La única representación positiva que vi de algo ‘trans’ fue Bugs Bunny”.
En la misma línea se pronunció Lilly Wachowski, una de las directoras de la saga “Matrix”, que confesó que el conejo la inspiró en su transición gracias a su rol de “Brunilda” en el cortometraje “What’s Opera, Doc?” (1957). “El personaje era para mí más accesible cuando yo era pequeña” dijo, y afirmó que “Bugs Bunny se veía muy linda (como Brunilda), me gustaba esa parte”.
En la actualidad, el conejo sigue más vivo que nunca también gracias a los ‘memes’. Y es que son varias imágenes divertidas las que el conejo protagoniza en redes sociales, una de ellas para responder “no” a algo (del corto “The Big Snooze” de 1946), otra del corto “Bugs Bunny in King Arthur's Court” para expresar aburrimiento, y una modificada para incluir la hoz comunista y la frase “tenemos” (para expresar pluralidad compartida en algo aparentemente individual) que pertenece, precisamente, a ese corto que cumple 80 años, “A Wild Hare”.
Así pues, Bugs Bunny cumple 80 años más joven que nunca. Porque sigue llamando “viejo” a todo aquel al que saluda aunque él se vaya acercando, poco a poco, al siglo de antigüedad. (Con información de EFE y AP)