Un respirador desarrollado por la UNAM, listo desde hace dos meses, no ha podido ver la luz porque Cofepris y Conacyt han mantenido atorados los trámites.
"Hace ocho semanas que el ventilador está listo y ya ha terminado de pasar todas las pruebas tanto de laboratorio como de simuladores de pulmón y en animales", señaló en entrevista el físico Gustavo Medina Tanco, titular del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del Instituto de Investigaciones Nucleares de la UNAM, responsable del proyecto.
"En Cofepris se ha presentado toda la documentación que nos han ido solicitando, que no es poca, es realmente mucha, muchísima, y estamos en ese proceso".
A decir del científico, una de las instrucciones de Cofepris fue continuar el trámite de certificación con Conacyt, que les solicitó más documentación, y hasta apenas este miércoles -una vez que la dependencia ya había hecho públicos sus equipos- les comunicó que la evaluación técnica del instrumento era positiva.
Esto, no obstante, no significa que la certificación sanitaria esté garantizada ni que el arduo camino burocrático se haya sorteado ya.
Incluso para evitar mayores complejidades y atrasos, precisa el investigador, el proyecto ha sumado entre las empresas que les brindan apoyo -principalmente con la donación de partes y componentes- a la tapatía Equipos de Biomedicina de México (Ebime), certificada ya para producir instrumentación de grado médico.
"En principio, eso debería ayudar sustancialmente en el proceso de certificación por el hecho de que para Cofepris la certificación es tanto del producto como de la planta que lo fabrica.
"Además de que esta empresa tampoco nos cobra, sino que prestaría sus instalaciones y sus operarios para realizar la producción de esos ventiladores en forma gratuita", subraya el investigador.
El martes pasado fueron presentados en la conferencia matutina del Presidente López Obrador dos unidades de Ehécatl 4T y Gätsi, los dos ventiladores gestionados desde Conacyt, de los que se tienen previstos dos lotes de 500 equipos cada uno, con una inversión total de 259 millones 891 mil 592 pesos.
Aunque ese día no se detalló el costo de cada unidad, anteriormente se había informado que el primero costaría 137 mil pesos, y el segundo, entre 240 y 285 mil, de acuerdo con las diapositivas que presentara Álvarez-Buylla en la conferencia matutina del 23 de abril, el día en que aseguró que estarían terminados el 15 de mayo.
Sin hasta el momento haber ofrecido detalles puntuales sobre este retraso -que ha granjeado severas críticas a la ecóloga-, Conacyt ha preferido poner el acento en que Ehécatl 4T y Gätsi destacan por ser mucho más baratos que otras opciones en el mercado, además de haber sido desarrollados en un tiempo récord de cinco meses.
Sin embargo, la producción del ventilador de la UNAM está por debajo de mil dólares por unidad -y las empresas involucradas se han comprometido a tener un par de cientos sin costo alguno-, y su desarrollo tomó tan solo siete semanas y media.
Asimismo, tanto en la conferencia del martes como en un spot promocional titulado El nacimiento de una industria para salvar vidas, Ehécatl 4T ha sido calificado como un desarrollo "100 por ciento mexicano", a pesar de estar basado en un modelo abierto del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Y aunque técnicamente es similar al ventilador de la UNAM al ambos ser equipos conocidos como ambu bag, el instrumento universitario destaca por su portabilidad para llegar a regiones alejadas y desprovistas, mientras que el gubernamental requiere ser instalado en un hospital con un circuito de aire comprimido y de oxígeno para que funcione.
Consultado por REFORMA previo a la presentación de los equipos de Conacyt, José Cruz Pineda, director del Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (Cidesi), Centro Público de Investigación involucrado en ambos ventiladores, aseguró que Ehecátl 4T y Gàtsbi habían avanzado favorablemente.
"Ambos han tenido excelentes resultados; sin embargo, no ha habido prisa por difundirlos para evitar triunfalismos dentro de una crisis pandémica", respondió, omitiendo dar detalles sobre la dilatación en la entrega de los equipos.
No obstante, el anuncio se hizo con bombo y platillo, aun cuando durante los dos meses que han tardado en ser entregados tales ventiladores -así como en ser aprobada la certificación del de la UNAM- la cifra de muertos por Covid-19 en México ascendió de 4 mil 767 registrados el 15 de mayo a los 35 mil 491 reportados el día anterior a la presentación matutina de los equipos.
Razón por la que Medina Tanco y las autoridades universitarias persisten pacientemente ante la aletargada burocracia de Cofepris y Conacyt, incomprensible en plena situación critica y ávida de respuestas rápidas como la que atraviesa el País.
"Por el momento contamos con el apoyo y el convencimiento de todas estas empresas de que este ventilador es una necesidad en el País. Pero todo depende de las escalas de tiempo en que los permisos sean concedidos", concluye el físico.