En un frío fin de semana a mediados de febrero, cuando el mundo aún tenía esperanzas de que se pudiera contener el nuevo coronavirus, una cuadrilla de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a Beijing para estudiar el brote y cómo pasó el virus de los animales a los humanos.
En ese momento, sólo había tres muertes confirmadas a causa del Covid-19 fuera de China y los científicos esperaban que encontrar una fuente animal para el coronavirus revelaría pistas sobre cómo detenerlo, tratarlo y prevenir brotes similares. Los integrantes de la cuadrilla no sabían que no se les permitiría investigar la fuente en lo absoluto.
Nueve meses y más de 1.1 millones de muertes después, aún no hay una investigación transparente e independiente sobre la fuente del virus. China ha impedido el esfuerzo, mientras que los líderes de la OMS han cedido en gran medida el control.
Desde los primeros días del brote, la OMS ha sido indispensable e impotente a la vez. La agencia con sede en Ginebra ha ofrecido información clave sobre pruebas, tratamientos y ciencia de vacunas. Al mismo tiempo, ha brindado información engañosa y contradictoria sobre el riesgo de propagación de portadores asintomáticos y tardó en aceptar que el virus podría transmitirse por el aire.
Ahora, cuando una nueva ola de Covid-19 envuelve a Europa y Estados Unidos, la OMS está en medio de un impasse geopolítico. Los líderes autoritarios de China quieren restringir a la agencia; el Presidente Donald J. Trump, que retiró a EU de la organización en julio, ahora parece decidido a destruirla; y los líderes europeos se están apresurando a reformarla y empoderarla.
Documentos internos y entrevistas con más de 50 funcionarios de salud pública, científicos y diplomáticos brindan un vistazo a cómo ha batallado una OMS desempoderada y ansiosa por ganarse la cooperación de China. Su enfoque solícito ha dado espacio para que Trump y sus aliados siembren especulación y desvíen la culpa de sus propios errores.
"Las divisiones entre y dentro de los países han brindado un terreno fértil para que este virus de rápido movimiento crezca y lleve la mano", dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en una declaración a The New York Times.
La pregunta de dónde inició el Covid-19 es particularmente intrigante porque la teoría inicial, centrada en las ventas ilegales de fauna en el mercado de Wuhan, ahora está en duda.
Mercado contaminado
La noche del 30 de diciembre, de acuerdo con reportes locales, trabajadores con equipo protector comenzaron a lavar el Mercado Mayorista de Mariscos Huanan en Wuhan, un laberinto de vendedores de hortalizas, carnes y animales silvestres. Recorrieron el mercado, rociando desinfectante para detener un brote que los funcionarios creían que se había originado allí.
Más o menos un día después, llegó otra cuadrilla del Centro para Control y Prevención de Enfermedades de China. De acuerdo con una versión oficial, tomó muestras tanto de productos vendidos en el mercado como del medio ambiente. Pero tres semanas después, George F. Gao, el científico titular del CCP de China, indicó que el mercado había sido cerrado antes de que su personal realizara una búsqueda exhaustiva de la fuente.
La discrepancia deja abiertas dos posibilidades. Si los investigadores analizaron muestras de animales vivos, podrían estar ocultando pistas sobre el origen del virus. Pero si llegaron después de que el mercado fue desinfectado, tal vez sólo hayan tomado muestras de cosas como mostradores. Muchos expertos consideran más probable este último escenario. Dijeron que era comprensible que las autoridades locales, enfocadas en prevenir enfermedades, se apresuraran a limpiar el mercado.
Lo más cerca que ha estado el Gobierno chino de publicar los hallazgos fue un boletín de prensa el 22 de enero, que decía que científicos habían encontrado el virus en 15 muestras del mercado. Pero no está claro si fue diseminado por humanos o animales.
Los funcionarios chinos dijeron en enero que el brote comenzó en el mercado. Gao culpó a las ventas ilegales de vida silvestre. Sin embargo, incluso entonces, Gao estaba viendo evidencia que minaba su teoría. A fines de enero, coescribió uno de los primeros estudios epidemiológicos sobre el virus, señalando que cuatro de los primeros cinco pacientes de coronavirus no tenían vínculos claros con el mercado.
Diplomacia del elogio
A fines de enero, Tedros se reunió con Xi Jinping, el líder de China, en Beijing. El brote estaba cobrando fuerza. Xi no recibió con agrado la sugerencia de que China necesitaba ayuda. Pero estuvo de acuerdo en permitir que una misión de la OMS evaluara la situación "de manera justa, tranquila y racional".
El acuerdo fue crucial para Tedros, quien la semana anterior había decidido no declarar una emergencia internacional. Eso sorprendió a muchos países, al igual que el elogio de Tedros al sistema de vigilancia de neumonía de China.
Pero el sistema de vigilancia de China no logró detectar el brote, una falla que permitió su propagación, opinan expertos. Los partidarios de Tedros dicen que la diplomacia blanda es necesaria para cualquier líder de la OMS, una agencia de la ONU que depende de donativos y no tiene autoridad para exigir.
Al final, Tedros declaró una emergencia el 30 de enero, por consejo de casi todos los miembros de su comité asesor, salvo el delegado chino. El comité también recomendó que la siguiente misión de la OMS a China debería "revisar y apoyar los esfuerzos para investigar la fuente animal".
Aproximadamente una semana después, dos importantes expertos de la OMS fueron a Beijing para negociar la agenda de la misión. Antes de que llegara todo el personal, la OMS acordó no evaluar la primera respuesta de China ni empezar a investigar la fuente animal, reportan dos personas de la misión.
Seis miembros del equipo, tres de los cuales eran chinos, visitaron dos hospitales en Wuhan. Pero no fueron al mercado. La misión produjo información valiosa sobre la enfermedad, su transmisión y la exitosa respuesta de China.
Crece frustración
La OMS encontró nuevo apoyo en mayo para su estancado esfuerzo por investigar los orígenes del virus. Una resolución, patrocinada por más de 140 países incluía una cláusula que ordenaba a la agencia buscar la fuente animal. Para el verano, incluso la OMS estaba frustrada. En una carta a las autoridades chinas descrita al NYT, insistió en que la investigación comenzara en Wuhan. La OMS declinó las solicitudes de los gobiernos de revelar los términos de investigación que había negociado con China.
Un resumen ejecutivo de los documentos, obtenido por NYT, muestra que los estudios de la OMS sobre el origen del virus se desarrollarán en dos fases. Una buscará a los primeros pacientes revisando registros de hospitales y entrevistando a personas tratadas en diciembre. El equipo también investigará qué fauna se vendía en el mercado de Wuhan y seguirá la cadena de suministro. La OMS ha acordado que esta fase sea encabezada por científicos chinos.
En la segunda fase, expertos internacionales trabajarán con colegas chinos para encontrar el virus entre huéspedes animales y un posible huésped intermedio. No se ha fijado fecha para la visita.
"Es difícil desempeñar esta labor en un ambiente políticamente intoxicado", dijo Michael Ryan, Director de Emergencias de la OMS, en una conferencia de prensa reciente. "Es difícil que los científicos hagan lo que tienen y quieren hacer en situaciones como ésta"
Chris Buckley contribuyó con reportes a este artículo de Reforma