República Democrática del Congo declaró este
miércoles el final de su undécimo brote de ébola, registrado en la provincia
occidental de Equateur, casi seis meses de que se reportaran los primeros casos
y mientras crecían los contagios de COVID-19 en el país centroafricano. Era la
primera vez que República Democrática del Congo estaba libre de ébola en unos
dos años y medio.
El ministro congoleño de Salud, el doctor
Eteni Longondo, hizo el anuncio junto con la Organización Mundial de la Salud
(OMS) tras más de 48 horas sin casos nuevos.
Desde que declaró el brote el 1 de junio se
han registrado 55 muertos, 119 casos confirmados y 75 pacientes recuperados,
según la OMS y el Ministerio de Salud.
El foco comenzó poco antes de que el este
del país diera por terminado el 25 de junio el segundo brote de ébola más
mortal en la historia, que dejó 2 mil 280 muertos durante casi dos años. Las
dos cepas no estaban relacionadas, según las autoridades.
“La 11ma epidemia del virus del ébola ha
tenido la particularidad de expandirse mucho más a zonas fluviales y lacustres”,
indicó el ministro este miércoles. “Esto supuso un importante desafío logístico
a la hora de aplicar las tareas de respuesta en un sistema de salud ya
debilitado por epidemias previas y una baja implicación de la población”.
Sin embargo, señaló, las autoridades
sanitarias pudieron vacunar a más de 40 mil personas.
Longondo pidió a la población que siguiera
alerta y mantuviera las medidas de higiene “para impedir la reaparición del
ébola, pero también para evitar la expansión del coronavirus que está asolando
el país”.
Es el quinto brote identificado en la
provincia de Equateur, señaló, añadiendo que la vigilancia contra epidemias en
la región debe reforzarse. La provincia también sufrió el noveno brote de ébola
en el país, que se superó en poco más de tres meses en 2018 con la mitad de
casos que el último, según la OMS.
La agencia de salud de Naciones Unidas
elogió la gestión del nuevo brote.
“Vencer a uno de los patógenos más
peligrosos del mundo en poblaciones remotas y de difícil acceso demuestra lo
que es posible cuando la ciencia y la solidaridad se unen”, dijo la responsable
de la OMS en África, Matshidiso Moeti.
“La tecnología utilizada para mantener la
vacuna del ébola en temperaturas súper bajas será de ayuda cuando se traiga la
vacuna del COVID-19 a África”, añadió. “Combatir el ébola en paralelo con el
COVID-19 no ha sido fácil, pero buena parte de los conocimientos que hemos
adquirido en una enfermedad son aplicables a la otra, y subrayan la importancia
de invertir en preparación ante emergencias y aumentar la capacidad local”.
Las Sociedades de la Federación
Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja advirtieron que el hito no
suponía el final de los “considerables desafíos humanitarios que afronta el
país, incluida la emergencia del COVID-19, junto con arraigados asuntos
económicos y de seguridad”.
Jacques Katshishi, secretario general de
Cruz Roja en República Democrática del Congo, indicó que el país debe recibir
apoyo de la comunidad internacional.
“Reducir el ébola a cero es un logro
enorme, pero ahora nos enfrentamos a nuestro siguiente desafío: mantenerlo así.
Nuestros equipos de Cruz Roja en RDC combaten el COVID-19 en un entorno
humanitario y de seguridad complejo”, destacó. “Este no es el momento de
acomodarse: el mundo no puede permitirse un repunte del ébola en República
Democráctica del Congo. Este es el momento de prepararse”.
Fuente: El Financiero