Los dedos de los pies morados e hinchados fueron de los
primeros síntomas en detectarse, allá por febrero, entre los contagiados
con SARS-CoV-2. Luego llegaron los testimonios de la llamada “niebla
mental” y cansancio que se ve eterno. Ahora, parece, son los dientes los
que pagan el precio por la enfermedad COVID-19.
Varios pacientes han reportado problemas dentales tras
recuperarse de la enfermedad. Entre los más comunes, se ha mencionado la
pérdida de dientes, cambios de color en los mismos y encías más sensibles,
informa The New York Times. Quienes han experimentado la caída de dientes aseguran
que sucede sin sangre y sin dolor. Mientras que otras personas únicamente
han reportado un aumento de la sensibilidad en sus encías o que sus dientes se
están volviendo grises o astillados.
La periodista Wudan Yan narra que a principios de este mes,
Farah Khemili se metió una pastilla de menta a la boca y notó una sensación
extraña: un diente inferior moviéndose contra su lengua. Khemili, 43, de
Voorheesville, nunca había perdido un diente adulto. Lo tocó para confirmar que
estaba suelto, inicialmente pensando que el problema podría ser la menta. Al
día siguiente, el diente salió volando de su boca hacia su mano. No hubo sangre
ni dolor.
“Khemili sobrevivió a una pelea con la COVID-19 esta
primavera, y se ha unido a un grupo de apoyo en línea, ya que ha soportado una
gran cantidad de síntomas experimentados por muchos otros transportadores de
larga duración: niebla mental, dolores musculares y dolores nerviosos. Todavía
no hay pruebas rigurosas de que la infección pueda provocar la pérdida de
dientes o problemas relacionados. Pero entre los miembros de su grupo de apoyo,
encontró a otros que también describieron la caída de los dientes, así como
encías sensibles y dientes que se volvían grises o astillados”.
Desconcertados por los efectos bien documentados de COVID
sobre el sistema circulatorio, por síntomas como dedos de los pies hinchados y
caída del cabello, también sospechan una conexión con la pérdida de dientes.
Pero algunos dentistas, citando la falta de datos, se muestran escépticos de
que la COVID por sí sola pueda causar síntomas dentales, dice Wudan Yan. Pero
los problemas dentales existentes pueden empeorar como resultado de la
enfermedad, especialmente a medida que los pacientes se recuperan de las
infecciones agudas y lidian con sus efectos a largo plazo.
Algunos expertos dicen que los médicos y dentistas deben
estar abiertos a tales posibilidades, especialmente porque más del 47 por
ciento de los adultos de 30 años o más en Estados Unidos tienen algún tipo de
enfermedad periodontal, incluidas infecciones e inflamación de las encías y los
huesos que rodean los dientes, según un informe de 2012 de los Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades de ese país.
“El mismo día que se le cayó un diente a la Khemili, su
pareja fue a Survivor Corp, una página de Facebook para personas que han
sobrevivido a la COVID”, narra la periodista de The New York Times. “Allí,
descubrió que Diana Berrent, la fundadora de la página, informaba que su hijo
de 12 años había perdido uno de sus dientes adultos, meses después de haber
tenido un caso leve de COVID. A diferencia de Khemili, el hijo de la señora
Berrent tenía dientes normales y saludables sin ninguna enfermedad subyacente,
según su ortodoncista.
Las muertes por COVID-19 en el planeta superaron ayer la
barrera de los 1.4 millones después de que se notificaran casi 10 mil decesos
en la última jornada, unos 6 mil de ellos en Europa, que registró la cifra más
alta de fallecimientos diarios en lo que va de pandemia.
Los casos globales de la enfermedad rozan por su parte los
60 millones, 527 mil en las últimas 24 horas, aunque en este indicador sí se
advierte una tendencia a la baja de positivos diarios desde hace más de una
semana, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con información de EFE y