Para la organización internacional Human Rights Watch, la estrategia que ha implementado México para el control de la pandemia ha sido insuficiente. Sin embargo, desde la perspectiva del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, esto no es así y más bien minimizó su opinión diciendo que es “bastante intensa”.
Además, resaltó que, a su entender, no se trata de un organismo especializado en temas de salud pública o epidemiología, además de que no conocía el informe en el que, entre otras cosas, se menciona que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “no ha adoptado muchas de las medidas básicas que recomiendan las autoridades de salud mundiales para limitar la propagación de la COVID-19″.
Durante la conferencia de prensa vespertina, en donde se presenta el informe diario del coronavirus, López-Gatell refirió que Human Rights Watch “es un organismo, hasta donde entiendo, filantrópico, que generalmente se dedica a hacer observatorios sobre derechos humanos en el mundo”, comenzó el funcionario, quien también resaltó que goza de un buen prestigio.
Sin embargo, señaló que no conocía “si específicamente tiene asesoría técnica o en los miembros de su organización hay personas que sean expertas en la materia de epidemiología, de salud pública, de respuesta a emergencias”.
Por último, López-Gatell, vocero de la situación epidémica en México, dijo no haber leído el informe aún, por lo que “no me podría pronunciar al respecto”, pero sí mencionó que le llamaba la atención “que a todo mundo le fue mal, hace pensar que tienen una opinión bastante intensa sobre todo el acontecer de la epidemia”.
En el informe de la organización civil también se indica que el funcionario a cargo de coordinar la respuesta de México, es decir, López-Gatell, aunque no se mencione su nombre de manera explícita, “ha referido a las pruebas de detección como inútiles y un desperdicio de tiempo”.
Sobre este punto también han opinado otros organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual ha insistido en ello desde hace unos meses ante la negativa del gobierno federal. Ante estas recomendaciones, algunas entidades optaron por aumentar el número de pruebas que realizaban diariamente.
No obstante Human Rights Watch dijo que la determinación tomada por las autoridades sanitarias ha dado como resultado que México tenga “una de las tasas más bajas de pruebas de COVID-19 —y una de las tasa más altas de resultados positivos— en el mundo”.
Asimismo, destacó que a lo largo de este periodo de emergencia, funcionarios y expertos coinciden en que la estadística real de contagios y muertes por la enfermedad que surgió a a finales del 2019 “es probablemente varias veces superior a la cifra oficial, la cual está entre las más altas del mundo”.
El estudio también hizo hincapié en la población de bajos recursos o comunidades indígenas, pues indicó que estos sectores “tienen 50% más de probabilidad de morir por causa de la COVID-19″. Asimismo, se señala que “la gran mayoría de los pacientes que fallecieron nunca recibieron cuidados intensivos”.
Respecto a la forma en que se adaptó el sistema educativo durante la pandemia, HRW destacó la implementación del programa Aprende en Casa para que los alumnos continuarán con sus clases por televisión e internet, pero también resaltó que un sector de los alumnos en áreas rurales no tiene acceso a internet, por lo que esto ha restringido el acceso a la educación.
Este informe se suma a una lista de observaciones hechas por organismo mundiales acerca del actuar de México ante la emergencia. Uno de los más relevantes se dio en septiembre, cuando Amnistía Internacional reportó que México ocupaba el primer lugar de decesos en el personal médico, además de las demandas por falta de equipo en los hospitales públicos.