El presidente Andrés Manuel López Obrador ahora lanzó un llamado a los dueños de las empresas de medios de comunicación para que antepongan la ética en sus contenidos periodísticos y dejen de manipular y tergiversar la información para engañar al pueblo.
“Que los medios estén distantes del poder económico y político, que no trafiquen con la libertad de expresión porque la utilizan (la libertad de expresión), como mecanismo para mantener privilegios”, expresó el mandatario.
En la conferencia mañanera, López Obrador habló sobre el manejo informativo del reporte realizado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), de la cuenta pública 2019 y en específico, acerca del costo de la cancelación del proyecto aeroportuario de Texcoco.
“Hicieron una cuenta equivocada y aunque la ASF aceptó el error, pues sí causa un daño y dan elementos a nuestros adversarios, a la oposición conservadora, a los que quieren mantener el régimen de corrupción que imperaba antes de que llegáramos al gobierno”, expresó.
Después de recordar la carta que envió ayer a la presidenta de la Cámara de Diputados federales Dulce Maria Sauri Riancho, para que inicie una investigación en contra de la ASF, presentó un resumen de las notas periodísticas que se difundieron en medios impresos y electrónicos de comunicación sobre el tema del aeropuerto de Texcoco.
Enseguida, dijo que es temporada de “zopilotes” y reprochó las críticas lanzadas por conductores en medios de comunicación televisiva, principalmente.
“Ahí están los intelectuales. Es lamentable y vergonzoso que suceda esto en los medios de comunicación. Ahora van a decir que la culpa es de la Auditoría pero estaban esperando. ¿No pudieron constatar o revisar la información?”, indicó.
Por ello, hizo un llamado a los dueños de los medios de comunicación a mantenerse al margen del poder político y económico y eso “no significa sometimiento o subordinación al gobierno, es lealtad y respeto al pueblo”, sentenció.
Planteó la necesidad del surgimiento de lo que denominó “prensa alternativa” y calificó la actual generación de comunicadores como “prensa convencional echada a perder”.
