La salida bancos en México enciende alarmas sobre el clima de negocios

27 febrero 2021
Noticias de Yucatán. 

Más allá de las tensiones entre el sector privado y el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la salida de bancos internacionales de México se debe leer como un preocupante signo de los tiempos. Agregado al hecho que López Obrador se ha enfrentado a la iniciativa privada, limitando la inversión, se están combinando varios factores que pudieran hacer de México un destino menos rentable para los bancos globales. Entre ellos, la crisis económica por la pandemia, la nueva geopolítica como se define por el acceso a las vacunas y la falta de información certera sobre el impacto en la salud de la covid-19 a largo plazo.

Este miércoles, la agencia Bloomberg informó que uno de los bancos de inversión más grandes del mundo, JP Morgan, está en proceso de cerrar sus operaciones de banca privada en México y está refiriendo a sus clientes a BBVA. JP Morgan no ha hecho un anuncio oficial sobre su partida, por lo que se desconocen las razones. Este es el segundo mercado latinoamericano del que sale desde el año pasado, cuando cerró sus operaciones en Brasil. “Fuentes de BBVA México señalaron que JP Morgan ha identificado a BBVA México como el socio financiero para sus clientes actuales en el país”, informó BBVA en respuesta a una petición por parte de EL PAÍS, “la amplia plataforma de productos y servicios de BBVA México, alineada con su posición de liderazgo en el mercado, expertise, desempeño y solvencia financiera respaldan la decisión de J.P. Morgan de referir sus clientes locales a BBVA México”. En un correo electrónico, JP Morgan rechazó comentar sobre la noticia. La Asociación de Bancos de México (ABM) no respondió de inmediato a solicitudes de comentario en respuesta a la noticia.

“Me toma totalmente por sorpresa”, dice Noemi Levy, académica especializada en banca internacional e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A pesar de que la pandemia causó la crisis económica más profunda en México desde la Gran Depresión en 1932, las condiciones de negocios en el país para los bancos globales se sostienen, opina la experta. “Sí hay un enojo por lo que está haciendo el Gobierno, pero hay que entender que ahora estamos en una situación muy rara por la pandemia. Con la geopolítica que estamos mirando a partir de la vacuna, las condiciones de rentabilidad en el mundo van a cambiar. Las cosas están el aire, no sabemos cómo esto va a terminar.”

JP Morgan, basado en Nueva York, es el tercer banco internacional en salir del país en los últimos tres meses. En diciembre, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), informó sobre el cierre de las oficinas de representación de Bank of Montreal de Canadá y el israelí Mizrahi Tefahot Bank, dos bancos de mucho menor tamaño que JP Morgan.

El primer gran anuncio de López Obrador en materia de inversión fue la cancelación del proyecto de infraestructura más grande de la Administración anterior, un nuevo aeropuerto internacional para la capital del país. Se cancelaron los contratos con constructoras y se negoció con inversionistas. En los últimos dos años, López Obrador ha trabajado para proteger el monopolio de las empresas energéticas del Estado, lo que ha generado incertidumbre y hasta peticiones de un cambio de rumbo por parte del Gobierno de EE UU, ya que pudiera estar en violación del tratado de libre comercio con el país, el T-MEC. El presidente se ha enfrentado abiertamente con los empresarios, a los que acusa de corrupción y de haber abusado del Estado por años a través de “contratos leoninos”.

La economía mexicana cayó 8,5% en 2020 y la inversión extranjera directa (IED) ha disminuido desde 2019, año en que llegó al poder López Obrador. En 2020, la caída en IED fue del 12%, según la Secretaría de Economía. Cada vez menos extranjeros invierten su dinero en bonos del Gobierno mexicano en pesos y muchos de los mexicanos más adinerados han buscado sacar sus recursos del país para protegerlo de posibles depreciaciones o inestabilidad.

“JP Morgan nos está diciendo que no le interesa la economía del país, aunque no sea meramente por el mal manejo del Gobierno”, dice Manuel Díaz, profesor de operaciones financieras bursátiles en la Universidad La Salle en la Ciudad de México y coautor del libro Historia de la Banca Extranjera en México. “Están dejando de ver a México como un país atractivo, y esa situación no tiene solamente que verse como una mala visión del Gobierno, sino que es de manera conjunta exacerbada por la crisis de salud mundial”, agrega.

Sin embargo, apunta el académico, el hecho de que JP Morgan haya salido de Brasil y México vale la pena estudiarse, ya que los mandatarios de ambos países han establecido políticas muy personales y, en algunas ocasiones, “totalmente incongruentes” que afectan a las inversiones. “Bolsonaro no ha dado rastros de que sea un estadista realmente relevante, no tiene la dirección del país, ha manejado muy mal la política económica y la pandemia, de manera pésima. Todo esto ha elevado la incertidumbre y resulta mucho mayor que los posibles rendimientos que puedan obtener”, apunta Díaz.

Bank of Montreal y Mizrahi Tefahot Bank son mucho más pequeños que JP Morgan y el resto de los bancos más reconocidos de Wall Street, pero que tuvieran oficinas de representación en el país era importante, argumenta Díaz. Estos tenían oficinas de representación en el país, pero sin operaciones pasivas. Cuando México abrió su economía al capital extranjero, muchos bancos abrieron espacios para captar a la banca privada, a los grandes inversionistas y a los pequeños empresarios. “Y sí es preocupante, aunque sea una oficina de representación, porque estaban aquí desde la década de los años 30, a pesar de todos los vaivenes, esperando la oportunidad para participar, y este momento no lo sobrevivieron”.

En todo el mundo, asegura Díaz, los bancos globales van a iniciar un proceso de reestructuración muy importante porque la pandemia sigue, a pesar de la vacunación en muchas partes del mundo, y no se sabe con certeza cuáles serán las consecuencias a largo plazo de la covid-19. “Lo que seguramente van a hacer mover sus capitales, para que les permita concentrarse en las economías más rentables”, concluye el experto.

El País

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