La cuarentena de Hugo López-Gatell se caracterizó por el hermetismo, desde la gravedad de su cuadro hasta la polémica por su internación, pasando por las dudas sobre su regreso a la normalidad. Dentro de ese terreno opaco, se pudo conocer que el subsecretario recibió tratamiento con Remdesivir, un fármaco de altísima efectividad contra el Covid-19 pero que la Cofepris no puede autorizar en México.
El Remdesivir es muy costoso y avalarlo como tratamiento implicaría acorralar al sistema de salud desde el costado presupuestario. Lo produce Gilead, un laboratorio de EU y el costo por paciente asciende a 3,500 dólares en una internación de cinco días.
Hay laboratorios mexicanos que están en contacto con Gilead a la espera de que el regulador autorice el medicamento. Pero para la 4T el costo político pudiera ser elevado: el Remdesivir estaría disponible para los sectores de mayor poder económico y sería inaccesible para las clínicas estatales.
El medicamento fue desarrollado inicialmente para la hepatitis C. Cuando se descubrió que no era efectivo contra esta enfermedad, fue investigado como tratamiento para el virus de ébola, pero tampoco funcionó con esta infección. Finalmente con el Covid-19 tuvo los efectos esperados.
La aplicación a Gatell se manejó con un hermetismo absoluto porque revelar la misma implica que el gobierno se arriesgue a escándalos similares a los que sacuden Occidente por estos días, todos referidos a ciertos privilegios de la clase política en el acceso a vacunas y tratamientos.
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