El gato, ese animal peludo que, a pesar de ser doméstico, sigue manteniendo muchos hábitos de su época salvaje, sobre todo como cazador de alimañas. Y es que, aunque algunos son muy bonitos, no podemos dejar de reconocer que suelen ser feroces cuando así lo quiere, sus garras, su lengua áspera y su instinto que ronda en lo cruel con sus presas son prueba de ello.
Sea como sea, casi todos acostumbramos acariciar a nuestros “michis”, e buena medida porque los humanos estamos acostumbrados a las caricias y pensamos que nuestros peludos amigos también merecen un cariñito de vez en cuando. Pero ¿son positivas las caricias para los gatos?
Acariciar a tus gatos puede causarles estrés
La conclusión de una investigación realizada por científicos de la Universidad de Lincoln (Reino Unido), la Universidad de Sao Paolo (Brasil) y la Universidad de Medicina Veterinaria (Austria) es que los gatos pueden padecer grandes cantidades de estrés si se les acaricia frecuentemente.
El estudio determinó que los gatos que toleran ser acariciados (lo disfruten o no) suelen presentar más estrés que los que no aceptan caricias. El porque de lo anterior sigue siendo un misterio.
Ahora bien, la investigación marca que los gatos pueden o no disfrutar las caricias. ¿Cómo podemos saber lo anterior para decidir o no acariciar gatos?
¿Cómo saber si tu gato disfruta tus caricias?
A diferencia de los perros, que se han domesticado mucho más, los gatos siguen siendo animales en los que sus instintos prevalecen. Sobre todo los relacionados con la cacería. Por lo anterior, se suele creer que son animales que prefieren vivir lejos de otros gatos y sean poco adeptos a las caricias.
Los gatos no están a gusto con las caricias de forma natural. Tienen que acostumbrarse a ellas en las primeras siete semanas de vida. Es decir, si se acostumbran a las caricias en este periodo de tiempo es muy probable que las disfruten.
Ahora bien, existen algunos indicios que nos pueden indicar que el gato está disfrutando la caricia. Normalmente demuestran que se la pasan bien cuando, mientras los acaricias, hacen alguna de las siguientes cosas:
Mantienen la cola erguida e inician ellos el contacto.
Ronronea y hace algo parecido a amasar con las patas delanteras.
Mueve suavemente la cola de lado a lado mientras la estiran en el aire.
Exhibe una postura y una expresión facial relajadas, con las orejas apuntando hacia adelante.
Te empuja con cariño si detienes las caricias, para indicar que continúes.
Por el contrario, si el gato realiza alguna de estas acciones, quiere decir que no está disfrutando la caricia y deberías parar, porque solo lo estas estresando:
Mueve o voltea la cabeza en tu dirección contraria.
Se muestra pasivo (no busca el contacto físico).
Parpadea de forma exagerada, sacude la cabeza o se lame la nariz.
Se asea repentina y apresuradamente durante poco tiempo.
Se le eriza el pelo o contrae la espalda.
Mueve o agita la cola o golpea con ella.
Aplana las orejas y las orienta hacia los lados o hacia atrás.
Gira bruscamente la cabeza para enfrentarte a ti o a tu mano.
Te muerde, aparta o golpea tu mano con una pata.
Además, los expertos en comportamiento felino indican que no es recomendable acariciar gatos si antes ellos no se acercaron a nosotros y buscaron el contacto. Recuerda que siempre es mejor esperar que sea el gato el que pida la caricia, y no imponerle nuestra necesidad de contacto.