El actor
estadunidense Matthew McConaughey se sinceró en su biografía "Greenlights",
la cual lleva este nombre debido a que se trata de una historia sobre cómo se
pueden "obtener más luces verdes de la vida", según lo cuenta en
estas páginas en las que echa un "vistazo" a sus últimos 50 años,
además en donde reveló que fue víctima de abuso sexual en su adolescencia.
Según arranca
McConaughey en esta obra de más de 280 páginas, no se trata de una
"biografía tradicional", porque pese a contar historias del pasado,
no tiene "ningún interés" en la "nostalgia, el sentimentalismo o
la reclusión que requieren muchas memorias".
Se trata, dice, de
una "obra de enfoque", un "manual de estrategia" basado en
las aventuras de su vida "significativas, reveladoras y
divertidas".
Momentos vitales
como cuando a sus quince años le chantajearon para que tuviese relaciones sexuales: "estaba
seguro de que iría al infierno por haber tenido sexo antes del
matrimonio. Hoy simplemente estoy seguro de que espero que no sea el
caso", cuenta.
Pero también
confiesa otros pasajes de su vida como cuando consumió peyote en México en una
jaula con un puma y un veterinario le tuvo que poner 78 puntos en la
frente; o cuando un hombre abusó de él cuando tenía dieciocho años y estaba
"inconsciente en la parte de atrás de una furgoneta".
Una lista de
vivencias a las que suma otras como que ha tocado los bongos desnudo hasta que
la policía lo arrestó, o que su madre llevaba a los fans a su casa para
que vieran la habitación donde perdió la virginidad.
Un relato sincero
en el que saca conclusiones vitalistas y positivas porque reconoce que siempre
se ha salido con la suya "en la vida que en los sueños" así como
que "nunca" se ha sentido una víctima.
"Tengo muchas
pruebas de que el mundo está conspirando para hacerme feliz", dice en
"Greenlights".
En unas páginas
salpicadas con fotografías personales e íntimas, McConaughey vuelca
también en su autobiografía todos esos pensamientos y reflexiones que ha
ido escribiendo desde que aprendió a escribir, porque desde ese momento siempre
ha llevado con él un diario donde ha escrito "cualquier cosa"
que le despertara algo, ya fueran "risas, lágrimas o dudas".
"Hace dos años
reuní el coraje de juntos todos esos diarios y aislarme para trabajar en ellos
y ver qué demonios tenía. Y volví con esto, un libro. Este libro ha sido mi
obsesión durante los últimos dos años. Ahí es donde he estado. Ha sido mi única
obsesión en cuanto al trabajo. Es la extensión permanente más verdadera que he
sacado o creado en mi mismo", afirma.