GUERRERO.- El camino por La Nacional, como le llaman a la
carretera Acapulco-Pinotepa Nacional, que conecta Guerrero y Oaxaca, por
donde ayer pasó el convoy presidencial en lo que fue la primera gira después de
los comicios, quedó ilustrado por las ovaciones para López Obrador,
denuncias y acusaciones ante presuntos fraudes electorales donde perdió Morena
y por la amplia vigilancia de policías comunitarios que se adjudicaron la
custodia de la región.
Una vez terminada la campaña, ya con un semáforo verde en la
región, el mandatario retomó sus giras de fin de semana y eligió la Costa Chica
de Guerrero y Oaxaca para iniciar una nueva cruzada, ahora para reactivar la
entrega de programas sociales en aras de cumplir la promesa de incrementar al
doble los apoyos.
Por la mañana viajó rumbo a Acapulco con la secretaria de
Gobernación, Olga Sánchez Cordero; en el aeropuerto le
esperaba Félix Salgado Macedonio, pero el Presidente no se dejó ver junto
a él y salió por otro lado.
Kilómetros más adelante, el convoy se dejó alcanzar por el
guerrerense para tomarse una selfie, subida a las redes del senador, quien no
se volvió a aparecer en la ruta.
Después del mediodía se presenció un virtual relevo: el
priista Héctor Astudillo, quien dejará el cargo a Evelyn Salgado, hija del
senador, pidió “pensar en Guerrero”; en respuesta, el Presidente propuso
ir por la “conciliación para resolver las controversias por la vía legal y
pacífica”.
En el mensaje celebró que “afortunadamente no perdió la vida
ningún candidato, ningún participante en las elecciones. Esto es un hecho
inédito”.
El camino entre Guerrero y Oaxaca tuvo una veintena de
paradas en casi cada localidad, donde los pobladores —convocados por
Morena— denunciaron fraudes, exigían algún servicio básico, o bien, solo
querían abrazarlo.
Más adelante, en Marquelia, Guerrero, un grupo de jóvenes
armados, con uniforme verde, aparentes chalecos antibalas y carrilleras,
pertenecientes a la policía comunitaria UPOE, suspendió el boteo para
dejar pasar al Presidente.
De esa forma pagan el sueldo de 800 elementos que
conforman la agrupación.
“Aquí no tenemos ningún problema —para eso traen el
cuete—, así es”, dijo el joven policía.
La ruta siguió hacia Pinotepa Nacional, en Oaxaca, donde los
habitantes le esperaron hasta una hora y media para verlo; el mensaje fue el
mismo: una felicitación para el gobernador por los comicios sin
violencia y la reactivación de programas sociales.